Las personas estamos acostumbradas a la rutina: más o menos nos levantamos a la misma hora, desayunamos lo mismo, vamos al trabajo por el mismo camino, trabajamos en lo mismo, y si cambiamos de trabajo éste probablemente será dentro del mismo sector, hablamos con la misma gente. Nuestra vida tiene un esqueleto básico sobre el que hay, a veces, cambios menores. Con esa disposición nos sentimos cómodos, y si nos cambian algo nos descuadran un poco los esquemas.
La Zona de Confort es exactamente esto, un conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados y que nos resultan cómodas. Son aquellas situaciones que las hemos ido repitiendo a lo largo del tiempo una y otra vez, quizá no exactamente igual, pero sí en la misma línea. Aquello que está dentro de nuestra zona de confort lo podemos hacer muchas veces sin mayor problema y no nos produce una reacción emocional especial. En cambio, lo que está fuera de nuestra zona de confort nos produce cierta incomodidad y un cierto rechazo, nos provoca ansiedad o nerviosismo.
¿Qué pasa si salimos de esa zona en la que nos sentimos tranquilos?
Entramos en la llamada zona de pánico, donde tenemos la sensación que estamos corriendo un cierto peligro, divisamos la frontera de lo conocido y nos aproximamos a lo desconocido, y por tanto, no tenemos la certeza de que todo vaya a ir bien.
Salir de la Zona de Confort es muy importante para crecer como personas. Mientras que la mayoría de la gente se estanca porque no les gusta cambiar sus rutinas, quienes de verdad persiguen sus sueños y están dispuestos a conseguirlos saben que para lograrlo tienen que romper con sus hábitos, enfrentarse a sus miedos y atreverse a realizar cosas que jamás pensaban que podrían conseguir.
Si somos capaces de salir de nuestra zona cómoda y atrevernos con nuevas experiencias, aparte de aprender muchas cosas nuevas, nos daremos cuenta que somos capaces de hacer muchas más cosas de las que no teníamos ni idea.
Esta es una parte muy importante. Aunque nos sintamos amenazados porque estamos en un entorno desconocido, tenemos que seguir, ya que estamos aprendiendo un camino de aprendizaje, lleno de nuevas experiencias y con muchas cosas por descubrir. Cosas que, poco a poco, las interiorizaremos ampliando así nuestra zona de confort.
Muchas personas tienen miedos, nervios, ansiedad, pánico e incluso síntomas como insomnio, irritabilidad, falta de apetito... El causante de esos miedos y ansiedades no es más que el temor a cruzar esa pequeña barrera que nos hemos impuesto de manera inconsciente, convenciéndonos de que nos somos capaces de esto o de aquello. Pero no sabemos de qué somos capaces y de qué no si no nos atrevemos a conseguirlo.
"Un barco atracado en un puerto está seguro, pero no es la finalidad para la que fue construido"
William Shedd
Ricardo Robalino Rodríguez
Fuente: Crecer con PNL |