La deuda más importante de la lealtad familiar es aquella que cada niño contrae con sus padres a causa del amor, la fatiga y los cuidados que recibe de ellos desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Pagar esta deuda es de orden transgeneracional, es decir, que lo que recibimos de nuestros padres, se lo entregamos a nuestros hijos, etc.
Ocurre a veces que hay una distorsión patógena entre los méritos y las deudas. Tomemos un ejemplo: hay familias en las cuales la hija mayor detenta el rol de madre con respecto a los demás hijos, y a veces con respecto a su propia madre. Es lo que llamamos parentificación. Un hijo que tiene que hacer el papel de padre o madre muy joven se encuentra en desequilibrio relacional significativo.
En realidad, es difícil comprender los vínculos transgeneracionales y el libro de los méritos y las deudas, pues nada está claro. Cada familia tiene su propia manera de definir la lealtad familiar. Pero el estudio transgeneracional puede aportar un esclarecimiento decisivo.
Anclen Schützenberger
Imagen: Fernando Botero
Leer entrevista completa a Ancelin Schützenberger |