El mismo diálogo que mantienen la CANASTA BÁSICA con la canasta de comodidades, lujos y diversiones, podrían mantenerlo en el interior esa parte de nuestro psiquismo que cuida lo básico y esencial (y que necesita ser atendida y mantenida con esfuerzo y dedicación) con la otra parte de nuestra vida emocional que a veces los humanos le damos demasiado protagonismo, tiempo y atención... y son esas cosas que de base no son tan esenciales para estar bien con nosotros mismos.
Acaso no les ha pasado el decirse a sí mismos: ¿Por qué perdí tanto tiempo en esta situación? ¿Por qué soporté tanto tiempo esta relación? ¿Por qué puse tanto empeño y perdí tantos años de mi vida en algo que en verdad no era tan importante para mí? ¿Por qué hablé tanto tiempo de este tema si lo más importante era callar?
Desaprovechamos demasiado el tiempo, algo tan valioso y que con el avance de la vida más escasea. Optimicemos nuestro tiempo. Decidamos mejor a qué lo dedicarlos, a qué tareas, a qué proyectos, a qué personas, a qué vínculos, a qué objetivos.
El cuerpo a medida que avanza, crece, envejece, se cansa y va perdiendo fuerzas e iniciativas, salud y empeño, claridad y seguridad, el estrés nos invade sin permiso por distintos filtros a medida que avanzan los años... y vamos viendo cada vez más claro que estamos derrochando demasiados bienes naturales que, con el tiempo, estarán reduciéndose y escaseando.
Tu potencial está para ser empleado ahora mismo. No pierdas tanto tiempo en lo que en realidad no es importante para ti. No te hagas más esas preguntas que dijimos antes, que sólo dejan en evidencia el mal uso que haces de tu cuerpo y de tu tiempo.
Ojalá llegue el día en el que te acuestes tranquilo de haber logrado lo máximo con tu mínimo... eso te indicará que sin duda supiste hacer valer cada segundo vivido... y descubrirás que no hay mejor paz para uno mismo.
Fuente: Ps. Patricia Cabrera Sena |