¿Qué quieres lograr en los próximos 12 meses? Es el momento ideal para hacer la lista de intenciones o resoluciones.
¿Por qué hacemos resoluciones?
Es importante hacer resoluciones porque algo dentro de nosotros nos impulsa a ser cada vez mejores. Podemos marcarnos fechas para hacerlas por meses, trimestres o semestres.
Tengamos en cuenta que por mucho que este trabajo represente un fruto, los resultados materiales no nos van a hacer completamente felices. Lo único que nos va a hacer felices de verdad es el crecimiento personal, el progreso.
Dejemos de hablar de cambios, dejemos de hablar de resoluciones y empecemos a hablar de progreso
Los cambios no siempre son positivos, pero el progreso siempre indica un avance positivo, hacia adelante, hacia un mejor estado. El progreso nos transforma de adentro hacia afuera y nos hace conocernos mejor, pues más que la meta, se trata en quién nos convertimos mientras llegamos a ella.
Si queremos ver progreso, tenemos que hacer seguimiento de un plan. Tiene que ser un plan realista, en el que podamos trabajar por etapas, que crezca con nosotros y que nos mantenga motivados.
¿Qué son las resoluciones?
Las resoluciones son una lista de deseos. Sin embargo, los deseos son sencillamente deseos y la determinación hace esos deseos posibles a través de la intención. En cambio, resolución tiene que ver con la palabra resolver, resuelves que algo tiene que ser un hecho, que se va a dar, que vas a tomar acción por ello. Una resolución no es un deseo, pues los sueños no se cumplen, se trabajan.
¿Qué es lo que necesitas para crear un cambio permanente en tu vida?
¿Qué necesitas para creer que es realmente una resolución y no un deseo? Una idea sin acción es una alucinación. No sólo para tener resoluciones, sino para vivir una vida que empieza a dar resultados. De esto se trata la lista de intenciones. Y para realizar este proceso tenemos que envisionar.
Diferenciar deseo de memoria
A veces deseamos algo que llevábamos deseando desde hace mucho tiempo, pero como no nos actualizamos, pensamos que queremos lo mismo.
“Yo deseo un hombre que me traiga flores todos los días”, ¿de verdad sigues necesitando que un hombre te traiga flores todos los días, o necesitas un hombre en el que puedas confiar, con el que puedas hacer planes a futuro? Actualízate.
Deja de invertir energía en lo que los demás quieren para ti
¿Qué quieres tú realmente para ti? ¿Qué necesitas ahora? ¿Qué quieres de ti realmente? ¿Para qué sabes que estás preparado/a después de años y años de trabajo interno?
No hagas intenciones o resoluciones con tono negativo, sino con tono positivo
“Tengo que dejar a mi pareja”, “tengo que bajar de peso”. Tengo y debo no son inspiradores, no conllevan un tono positivo. No podemos movernos hacia adelante pensando únicamente en lo que tenemos que dejar atrás. Es nuestra visión creativa y positiva sobre lo que queremos ver en la realidad lo que nos ayuda a identificarnos con nuestras metas y nos motiva a trabajar por ellas.
Cuanto más excitante sea la intención o resolución, más ganas tendrás para cumplirla
Hay dos tipos de empuje, lo que nos empuja y lo que nos motiva. Lo que se empuja requiere fuerza de voluntad, y eso a muchas personas les falla. Lo que nos motiva es atracción que nos seduce y nos enamora. Tenemos que crear una visión sobre esas resoluciones que nos enganche, que con sólo pensar en el resultado manifestado nos motive y nos llene de lo que necesitamos para impulsarnos cada vez más.
La unión de energía con otros crea motivación
La unión de energía con otros hará que esa visión te motive o que otra persona te motive para que lo logres. Reunirnos con otros, hablar de lo que queremos manifestar, pero con aquellos que apoyan nuestra visión, que sabemos que nos pueden ayudar.
Las resoluciones y la fuerza de manifestación
Para que las resoluciones empiecen a tener fuerza de manifestación tienes que entender que estás aquí para superar retos y crecer. Estas resoluciones o intenciones tienen que beneficiar a más personas que a ti mismo/a.
Los deseos del ego habitualmente reciben bloqueos, y no bloqueos en forma de retos que nos pulen y nos ayudan a crecer.
Los deseos del alma nos aportan retos que hacen que nos enfoquemos en lo que va a crear un cambio mucho más grande.
La naturaleza humana es limitada, pero nuestros deseos del alma nos hacen infinitos, de modo que estos retos hacen que cada persona se supere cada vez más, y cuando lo hacemos junto con otras personas recibimos el contraste que nos hace ver si estos deseos nos convienen o no.
Haz tres listas más
La lista de las razones
Al lado de tu lista de intenciones escribe, en cada una de ellas, una o más razones por las cuales tú quieres ver eso manifestado en la realidad. De esta forma, cuando vengan dificultades o cuando tu voluntad esté menguando, te acordarás de por qué empezaste realmente y por qué no puedes parar. Busca razones adultas y maduras.
La lista de los debería
“Debería hacer tal cosa”. Todo lo que enumeres con el debería NO se va a cumplir, pues como todo tono negativo e impositivo, no va a funcionar.
La lista de los merezco
En vez de decir “debo dejar los lácteos”, puedes escribir, “yo merezco tener un mejor sistema digestivo”, “yo merezco sentirme bien”. En vez de “yo debo bajar de peso”, puedes escribir “yo merezco sentirme saludable”. En vez de “yo debo dejar a tal persona”, puedes escribir “yo merezco una relación maravillosa”.
Todos los debo no van a funcionar, pero todos los merezco van a hacerte sentir merecimiento, con el potencial que ya tienes, esa persona por la que has trabajado ser.
¡Feliz lista de intenciones!
Fuente: Mia Astral |