Decir lo que pensamos es un paso fundamental no sólo para que el otro sepa con claridad nuestra postura y lo que sentimos, sino también para nosotros mismos, porque al verbalizar nuestros pensamientos nos comprometemos más con ellos y reforzamos con más nitidez lo que decidimos y queremos.
Muchas personas dicen: "¿Para qué decir lo que uno piensa si igual la otra persona luego hace lo que quiere? No sirve de nada que yo me exprese. En muchos casos a nadie le importa mi opinión. En los hechos finales la otra persona no cambia porque yo hable, seguirá en su postura".
Y no es así. Quien sigue fijo en su postura (es decir, quien no cambia) aún luego de conocer las razones que tiene la otra persona para ser como es o para actuar como actúa, es una persona de limitadas capacidades para relacionarse sanamente con los demás.
A la persona sana, mental y emocionalmente, le sirve conocer las razones de la otra parte, entiende que es una información importante si quiere mantener con esa otra persona una buena relación, comprende y respeta las diferencias, aunque no las comparta. Decir lo que pensamos y sentimos siempre es un canal de expresión necesario para mejorar nuestros vínculos con los demás, aunque lo que se tenga que decir no guste a la otra persona, son verdades necesarias de comunicar, en especial si son contenidos importantes los que callamos. Quizás si se dijeran muchas cosas se aclararían y cambiarían en esa relación.
El no hacer lo que decimos es una contradicción que siempre confundirá a los demás, porque es sencillo que se saque la conclusión de que decimos mucho pero hacemos poco. Ante los ojos de los demás pasamos a ser la clase de persona que no se compromete con lo que dice, que no tiene palabra, que no cumple con lo que tanto defiende, una persona que se contradice y que se falla a sí misma. Hacer lo que decimos es un indicativo de lo confiables que somos (es una persona que hace lo que dice, que va más allá de las palabras y las vuelve hechos).
Ambos aspectos aclaran mucho las confusiones ante los demás.
Intentemos cuidar esos puntos en nuestra relación con el entorno y mucho de lo oscuro se aclarará, y muchas distancias se acortarán, y muchas relaciones mejorarán.
Fuente: Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |