Mira tu mente como el primer modem wi-fi que existió e imagínate colocando la dirección IP de aquello a lo que te quieres conectar. Sintoniza y mantente receptiva.
Otra tarea es mantener limpio el canal, no empezar a estresarte o cuestionar cuándo o de dónde viene lo que es para ti.
Lo que pides siempre llega, pero a menudo viene en una forma que no esperabas.
Fuente: Mia Astral