Intentemos reforzar el concepto de APRENDER A CUIDARSE. Entender que hay veces que nos obligamos a soportar vínculos que sólo nos están consumiendo en vida... cuando no se trata de eso precisamente VIVIR.
Aprendamos algo tan esencial como es CUIDARNOS.
Si queremos estar lúcidos y fuertes para enfrentar los conflictos normales que ya sabemos que la vida nos colocará delante en algún momento, entonces comencemos por nosotros mismos, por nuestro entorno, por nuestras decisiones básicas como son: ¿con quién quiero compartir mi vida? ¿al lado de quién me siento más yo mismo? ¿qué personas me animan, motivan, creen en mi, y me generan armonía y paz interior? ¿con quién me siento productivo, útil, amado, respetado y cuidado? ¿qué relaciones me despiertan ganas de seguir a pesar de las normales caídas? ¿qué persona me acepta con méritos y errores, con las fallas totalmente humanas, con mis malhumores entendibles, con mis cansancios y agobios, con mis lágrimas ocasionales, y mis necesidades de saberme amado? ¿quién me escucha y me entiende aunque no hable ni diga nada? ¿con quién me vuelvo más productivo, creativo, con claridad, con energía, con empuje, con ideas, constructivo en todos los sentidos?
Hemos de amar y cuidar más todos los vínculos que nos dan al menos alguno de éstos aspectos, y aprender a apartar los que hacen todo lo contrario.
Los vampiros de nuestra vida sana, de nuestras sonrisas, de nuestro equilibrio, los que succionan nuestro lado productivo, los que parecen alimentarse de nuestro dolor. Esas personas a las que llegamos con una sonrisa y nos despedimos furiosos o casi llorando. Son señales claras de que ese vínculo te frena, te destruye, te absorbe, te consume.
Actúa apenas lo percibas. No le des largas al asunto, no permitas que todo tu potencial se desgaste tratando de que el otro cambie. Es bueno ayudarlo, intentar abrirle los ojos, tener largas charlas de iluminación, de reflexión mutua, de acercamiento para aportarle un cambio positivo, pero si aún así, dando lo máximo de ti, la otra persona parece extraer lo mejor de ti, y dejarte mal y vacío.
Cuídate, protégete, apártate y entiende que no podrás nada si te sacan todo. ¿Tienes algo bueno? Cuídalo. Se trata nada más y nada menos que de ti, de tu cuerpo, de tu salud, de tu vida.
Ps. Patricia Cabrera Sena |
