No tendríamos que estar adivinándonos unos a otros. Ojalá la "portada", lo que mostramos, hablara más de las esencias, de quiénes somos realmente, de lo que callamos, de lo que disfrazamos con apariencias. Demasiados humanos ríen hacia afuera lo que lloran hacia adentro. El mundo del aparentar lo que no somos, lo que no sentimos.
Quizás el ser aprobado esté como propósito en esta mala costumbre de mostrar felicidad cuando de fondo hay tristezas. Tampoco se trata de ir por el camino de la vida arrastrando los pies en un torrente de lágrimas. Se trata de ser más auténticos con el contenido oculto que llevamos dentro y dejar de aparentar los opuestos.
El triste, ríe; el débil se muestra fuerte; el inseguro se muestra claro y firme...
No se trata de andar con una bandera repartiendo nuestras intimidades en todo rincón del camino y en toda relación, pero si nos mostramos más auténticos, es un buen inicio para ir aceptándonos, es un buen método para irnos conociendo, para sacarnos máscaras incluso ante nosotros mismos.
No se qué tienes dibujada la tapa de tu libro, pero sin duda, lo más jugoso de todas las historias está en su contenido.
Y no todos los personajes que te cruces en tu camino se tomarán la tarea de abrir tu libro, e indagar y conocer las partes ocultas, ni analizarán los opuestos, ni se preguntarán qué es lo que tanto necesitas y callas; así que simplifica el camino de aquellos que en verdad quieren acercarse, involucrarse, y participar en tu historia: muéstrate tal cual eres, y a aquella persona que en verdad te interese que entre en tus memorias dile: ésto es sólo el título de mi vida, la tapa... si quieres saber más, te permito abrir el libro y conocerme mejor.
Y recuerda, aquel que juzgue sin saber tus contenidos más importantes y sólo se base en tus apariencias, en lo que muestras, es aquel que opina sin conocer, sin saber más allá de tus tapas. Esas opiniones simplemente NO VALEN. Recuérdalo.
Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |