Atraemos lo que somos, no lo que seremos. Entonces, ¿cómo una persona dulce puede atraer a un maltratador? Siempre atraemos exactamente lo que necesitamos para evolucionar.
Cuando tú no utilizas tu poder personal, vas a atraer a alguien que tenga ese poder personal y te va a presionar lo suficiente para que tú aprendas a usar tu propio poder personal. Por ejemplo, empiezas a atraer jefes tiranos o que te hacen trabajar horas extras, que no tienen ningún tipo de respeto por tus límites, están abusando de ti, ¿qué crees que te está diciendo esto? Tú puedes pensar,” yo no soy abusador, ¿por qué atraigo a alguien abusador?” Uno atrae lo que es, no lo que será. ¿Qué es, o cómo es, una persona que permite ese tipo de trato? Es una persona que no está muy bien o muy clara con sus límites y con su autoestima. Claro que va a atraer personas que, como ella, tampoco tienen respeto por los límites personales. ¿Y quién sería una de esas personas que no entiende esos límites personales? ¡Ese jefe! Él no tiene entendimiento de los límites personales. Tú puedes ser una persona que tiene sus límites personales hechos un desastre, pero si la otra persona entiende sus propios límites personales, no cruza los tuyos.
Si una persona deja que crucen sus límites personales, ¿qué es lo que atrae? Primero, gente que tampoco sabe, y segundo, personas que los transgreden para que ella llegue a un punto de presión y diga “no puede ser, necesito trabajar mis límites personales.”
Si eres una mujer sumisa, atenta, que no le gustan los problemas, ¿por qué atraerías a un hombre que es maltratador? Uno atrae lo que es, no lo que será, y toda persona que entra en nuestra vida es la personificación de algo que no hemos trabajado en nosotros mismos. Jung nos decía “el destino no es más que aspectos no integrados que se presentan para que, iluminados u observados, podamos integrarlos.” Es decir, cuando tú, que eres buena y sumisa, atraes a un maltratador, hay una parte de ti que se está maltratando, porque no está alzando su voz. Y tal vez digas “yo alzo la voz, yo digo lo que tengo que decir.” Entonces te pregunto, si atraes a un hombre maltratador, ¿qué parte de ti no se está cuidando lo suficiente como para decir “¡basta!”?
Cuanto más reconoce una persona su valor personal, menos tiempo puede aguantar y pasar con personas que no lo reconocen, porque una vez conscientes no podemos ser indiferentes.
Uno atrae las personas por algo. Cuando tú dices “yo no quise atraer a esa persona que me trató tan mal”, tienes que observar cuánto diste tú, aún cuando ya sabías que eso no era para ti.
Tenemos que hacernos responsables de todo aquello que atraemos, y ser lo suficientemente conscientes para que, cuando estamos en una situación que no entendemos por qué nos está pasando, dar un paso atrás y decir, ¿qué parte de mi se trata de la misma manera?
Si atraes a una persona que te insulta y te grita, piensa, ¿qué parte de mi se ha atrevido a hablarme así, a mi mismo?
Trata de pensar un poco. Vas a encontrar mil maneras de justificarte. Tras unos minutos vas a odiar al universo por atraer gente maltratadora. Pero con el tiempo te das cuenta de que no hay culpables. Atraemos justamente lo que necesitamos para despertar en algo que estamos estancados, que estamos en piloto automático o que no queremos trabajar.
Fuente: Mia Astral |