En mi vida las mujeres que me rodean somos hermanas.
Me libero del cuento donde yo soy la mala y tú la buena, o yo soy la buena y tú la mala. Con ello, desde niñas aprendimos a rivalizar, a tener miedo, a competir, a mirar con sospecha y llenarnos de inseguridades las unas a las otras.
Me libero del cuento donde las madrastras son malas y brujas y desean siempre nuestro mal. Conozco mujeres amorosas que han cuidado, amado e impulsado a hijas aunque no sean de su vientre, pero sí de su corazón.
Me libero del cuento donde hay un príncipe y yo permanezco dormida, o escondida en un bosque, o atrapada en un castillo esperándole, como si en mí no hubiera fuerza para rescatarme y salir a buscar lo que mi alma realmente necesita.
Me libero del cuento donde las reinas y las brujas son inseguras y llenas de envidia por la belleza y la juventud, como si con los años no aprendiéramos a encontrar nuestro lugar, nuestra belleza y nuestro valor.
Me libero del cuento, donde sólo hay hermanastras celosas, esos cuentos sin figuras de mujeres hermanadas y compañeras que se apoyan mutuamente en la búsqueda de sus sueños.
Quiero una vida donde las mujeres encontremos paz, amor y apoyo unas con otras. Una realidad donde la unidad entre mujeres nos acompañe durante todo el camino, donde la voz de otras nos aliente y abrace.
Me libero del cuento.
Te libero del cuento.
En mi vida las mujeres que me rodean somos hermanas.
Fuente: Susy Landa |