Hay un concepto de Crisis Evolutiva que, como las palabras nos dicen, son crisis que nos permiten evolucionar, crecer, aprender, avanzar.

En el día a día las personas suelen sorprenderse al ver que al comienzo de sus terapias, en las primeras sesiones, muchos se descompensan, tienen recaídas emocionales fuertes y se equivocan suponiendo que la terapia les está haciendo sentir peor. Incluso familiares y amigos les dicen: "tu terapia no te hace bien, estás peor que cuando la comenzaste..."

Es parte de la ignorancia que muchos tienen del proceso terapéutico, al que todos los profesionales ya estamos habituados. Los terapeutas ya sabemos que para que la vida de la persona tome un rumbo nuevo, de un giro sustancial, cambie, necesita salir del recipiente seguro en el que está atrapada, de la rutina que la tiene derrumbada y a la que ya se ha adaptado, acostumbrado. Salir de ese sitio que cree seguro, dar un paso adelante y caer al vacío de lo desconocido. Eso es sinónimo de entrar en una crisis.

La engañosa comodidad que se siente en lo conocido, se convierte en una prisión.

Muchos se adaptan a la infelicidad, a las decepciones, a las frustraciones, a las angustias diarias, a las impotencias... y lo hacen un estilo de vida permanente en el que quedan atrapados.

La realidad es que, para salir de esas cárceles, se necesita primero transitar puentes oscuros llamados Crisis que nos llevan a lugares desconocidos, con relaciones nuevas, con desafíos nuevos, con miedos nuevos... y con logros y satisfacciones nuevas.

Pero antes de llegar a convertir lo nuevo en un mundo conocido, primero se siente miedo, se sacan de adentro un cúmulo de dolores viejos. La persona necesita hacer una limpieza interior de antiguas resacas del pasado, se necesita ahondar en uno mismo, y se atraviesan experiencias del pasado que creíamos haber superado, olvidado, pero que descubrimos que están ahí, latentes, molestando y condicionando nuestro presente.

Hay un espacio de psicología en internet que se llama Intituto Ananda donde tienen la siguiente definición de Crisis:

"Una de las definiciones de crisis es la del ideograma Chino del I Ching que tiene dos acepciones: por un lado significa Dificultad y por otra parte significa Oportunidad.
Esto es precisamente lo que es una crisis; todas las crisis traen cambios y los cambios traen crisis.”

Haciendo un recorrido por la definición de crisis de diferentes autores, vemos que para Eric Erikson "la crisis ya no connota una catástrofe inminente, (en vez de ello) designa un punto crítico necesario, un momento crucial en el que el desarrollo necesita tomar una dirección u otra, ordenando los recursos del crecimiento, la recuperación y una mayor diferenciación."

Es normal que al comienzo de las terapias la persona se descompense y mal interprete ésto como que su terapia no lo está ayudando realmente. El terapeuta tiene que recordarle constantemente: "como te dije al comienzo, será una ardua tarea donde tendremos que remar juntos contra fuertes corrientes. Sólo los valientes llegan al final, porque se revolverán cosas del pasado que muchos desearían volver a enterrar, a olvidar... sólo que esa es la única forma de limpiarnos: tocando la basura y el barro, y aprendiendo a apartarlo de nuestro camino.”

Por eso las crisis son necesarias. Y ayudan a evolucionar, a crecer y a avanzar. Por eso no hay que temerles tanto, aunque incluyan dolor. Para darnos vacunas que nos protejan la inmunidad del cuerpo primero hay que sufrir el fuerte pinchazo de una aguja. Todo proceso de crecimiento incluye al dolor. No hay vida sin dolor. Es parte esencial de nuestro desarrollo personal. Por eso mismo no habría que temerle tanto. Pero usemos ese dolor que generan a veces las tan temidas crisis para progresar, para prosperar, para, por fin, sanar.

Fuente: Ps. Patricia Cabrera Sena – www.suconsulta.com

Imagen: Taylor James