No nos quejemos más si sabemos que las cosas no están funcionando del modo que están... y aún así no hacemos absolutamente nada para cambiarlas.
Asumamos sin tanta rebeldía que muchas veces quien puede originar cambios graduales ¡es uno mismo!
Dejemos de esperar en una inercia desesperante que otros muevan fichas cuando es nuestra jugada, nuestra vida... nos toca a nosotros actuar.
Existen momentos cruciales donde en serio ya no tiene sentido esperar por otros.
En algunas historias puede pasar toda una vida y no sucede nada simplemente porque la persona espera de afuera lo que puede venir de adentro. Toda una vida esperando algo que ya existe en tu interior, toda una vida, toda una vida... ¡toda una vida!
Cuántas personas llegan con un cansancio físico y mental descomunal, con una mirada apagada y perdida, y dicen: "Estoy cansado de esperar, por fin entendí que si va a pasar algo, ¡vendrá sólo de mi!"
Ese es el gran primer paso para una nueva vida. Es la gran oportunidad de nacer de nuevo. Es el comienzo de un cambio que se necesitaba hacía demasiado tiempo. El cuerpo, la mente, las ganas, los sueños, las emociones, las relaciones, los logros y cada trocito de la persona lo pedían a gritos, pero era más cómodo hacer oídos sordos que prender luces y ver la verdad: Todo posible cambio de base, de raíz, sustancial, determinante en tu vida, ¡vendrá de ti!
Otros pudieron acompañarte por un tiempo, pudieron dar buenos consejos, regalarnos su tiempo, su sonrisa, su pañuelo... pero luego de ese alivio transitorio volvía la frustración, volvían los miedos, volvían los vacíos, volvían las tristezas, las faltas de fuerza... y el estancamiento.
¿Sientes que ya es hora de tus cambios? ¡Anímate! Busca un lugar donde de lo único que se hable es de cómo encontrar las vías para cambiar, que el único tema sobre la mesa sean tus cambios posibles, las únicas canciones que endulcen los oídos tengan como letra “ya no demores más tus cambios”, las únicas personas con las que te relaciones íntimamente apunten a tus cambios como tema central de charla, que crean en ti para hacerlos y te animen a cada rato para concretarlos. En donde la única apuesta válida sea cambiar.
Pero que en ese espacio no falte jamás y flote en el aire como el oxígeno para poder respirar tu convicción de que puedes cambiar, de que estás decidido a procurarlo, intentarlo y concretarlo. Pase lo que pase, ¡ya es tiempo de comenzarlo!
Fuente: Ps. Patricia Cabrera Sena |