Existe a nivel popular, y hasta cultural, una errada idea de ver con buenos ojos el que la persona calle, en especial lo malo de su vida.
En la realidad, una de las cosas que más alivia, que más libera, que más ayuda a superar conflictos, es justamente dejar de callar cosas que nos han pasado, cosas que hemos visto, cosas que nos han dicho, etc.
Reprimir, esconder o demorar conflictivos sólo nos causa, con el paso del tiempo, sintomalogías de distinto gusto y tamaño. Es decir, lo escondido no se evapora, no se olvida; por el contrario, queda latente, en algún rincón de nuestro psiquismo como la piedra dentro del zapato, molestando, generando consecuencias en lo que hacemos, en lo que sentimos.
Aquello conflictivo de tu historia que tú crees que guardas y olvidas, en realidad busca formas de salir: se acumula en el cuerpo, se traduce en dolores, se transforma en insomnio, nostalgias y una suma de asignaturas pendientes.
¿Deseas seguir callando?
La tendencia a callar es un mecanismo de defensa inconsciente, la persona no programa hacer ese acto, por cuestiones instintivas guarda lo que pasó,lo que sintió, lo que le dijeron o hicieron.
Cuando sientas a la persona y le preguntas: "¿Hubo algún hecho traumático que hayas vivido en tu pasado y que quizás jamás volviste a charlar con nadie?" te puedes dar cuenta que es el inicio de una fuente de liberación, pequeñas gotas de agua emergen de duras rocas internas, y poco a poco, esa tímida fuente se transforma en una catarata, una corriente de emociones que fluyen fuertísimas, como un torrente, por años guardado, disfrazado, camuflado, callado.
La persona suele decir: "No creí que aquello tan lejano de mi pasado tuviera tanto que ver con mi presente"
Si en algún momento te das cuenta que hay cosas del pasado que estás callando, recuerda: en realidad no están en un rincón sin molestarte, todo acontecimiento traumático, que incluyó daños en tu vida, del que fuiste protagonista o espectador silencioso, te marcó, dejó huella, no creas que lo olvidaste totalmente, está condicionando tu presente, tu vida actual, tus relaciones, tu modo de vincularte con otros, influye hasta en tus logros, o mejor dicho, frenos y postergaciones personales, y por supuesto, también en tu cuerpo y sus funciones.
Si tienes señales de que hay contenidos molestando en tu zapato interior, busca espacios donde poderte sacar esas piedras que hace tiempo entraron y no te dejan hacer en paz tu camino. Tienes que trabajar en ti, para por fin liberar tu recorrido de antiguas piedras del pasado que sólo obstruyen el sendero de tu vida. Tocará ser fuertes y remangarse, pero valdrá la pena tan sólo si piensas en el alivio final, un tremendo bulto menos en tu mochila.
Fuente: Ps. Patricia Cabrera Sena |