Sin ánimo de fatalismos, el mensaje sólo apunta a afirmarte una cruda verdad, simple y llanamente, que tienes toda una vida por delante para sacarle provecho.
¿Hay conflictos? Atiéndelos.
¿Hay dolor? Busca formas de aliviarlos.
¿Hay soledad? Abre la puerta de tu casa, y de tu mente.
¿No puedes? No lo dudes: extiende la mano pidiendo auxilio, llama al teléfono de un amigo, golpea la puerta de un profesional, recurre a un ricón de alivios sano, responsable, maduro
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