Yo sí soy un Príncipe, porque cada mañana me levanto con la intención de serlo para mi Princesa.
Yo sí soy un Príncipe, porque mi automóvil, aunque no es de oro y plata, no es una simple lata.
Yo sí soy un Príncipe, porque en cada mujer veo a una Princesa, y no me paro a mirar si lava, friega o simplemente besa... siempre es una Princesa.
Yo sí soy un Príncipe, porque al igual que otros, nací de una Reina.
Yo sí soy un príncipe, porque cuando tengo una cena, aunque sea de hamburguesas, todo el mundo come.
Yo sí soy un Príncipe, porque cuando haces un regalo a tu Princesa, no cuenta el valor del regalo, sino el valor y dedicación que has puesto para encontrarlo.
Yo sí soy un Príncipe, porque cuando dejo de serlo, basta un simple beso, para volver a serlo.
Yo sí soy un Príncipe, porque los Príncipes se miden por lo que valen como personas, y no por su dinero o posesiones... y si tú dices que no lo eres, verdaderamente es triste... |