De nada sirve que tengas objetivos claros si las herramientas que vas a utilizar para llegar a esas metas no son las mejores, ni están preparadas, ni bien mantenidas, ni fuertes, ni firmes, ni conservadas al detalle.
Esta frase nos quiere indicar algo muy simple: cada vez que tengas una intención definida para llegar a cierto punto en tu vida, cuando te impongas metas, no importa si ambiciosas o sencillas, exígete dar lo mejor de ti, rescatar de tu interior las mejores armas de lucha para las batallas que tengas que enfrentar (simbólicamente hablando), rodéate de un entorno constructivo, que te apoye, que colabore, que aporte ideas, que te anime cuando estés cansado/a o desmotivado/a. Prepárate, infórmate, actualízate, investiga, profundiza. Lima tu hacha si quieres cortar un árbol.
Si no te preparas de las mejores maneras, será un tiempo y esfuerzo perdidos, para ti y para otros. Si queremos hacer bien las cosas, eso implica esfuerzo y dedicación, Lincoln estaría seis de las ocho horas que llevaría tirar el árbol sólo afilando su herramienta de trabajo, atendiéndola, preparándola para que sea efectiva en el objetivo.
Haz lo mismo en cada meta que te propongas, no mires sólo el final del camino, mira todo lo que puedes usar sanamente de ti mismo/a y del entorno para poder hacer el mejor recorrido mientras no quitas tu meta de la mira.
Asegúrate el destino preparando las mejores herramientas para construirlo.
Ps. Patricia Cabrera Sena |