9 de espadas: Lo que deseas está al otro lado del miedo

La semana pasada hablábamos de una puerta que se abría, pero junto con esa oportunidad, aparecía también el miedo a atravesarla. Tenemos la oportunidad ahí delante, y sólo tenemos que dar el paso y cruzar la puerta… Pero nos da vértigo hacerlo. ¿Qué tal lo lleváis? Tranquilos, esta semana es, precisamente, para trabajar en ello.

Ahora, tenemos una puerta abierta que queremos cruzar. Es algo que llevamos tiempo deseando. Pero ahora que podemos hacerlo, es cuando surgen los miedos, los bloqueos y el vértigo antes de dar el salto. Podemos vernos incluso en la posición de darnos cuenta que, aquello que creíamos superado, no lo está. Pues ahora, es el momento de trabajarlo.

Al acercarnos a la puerta, nos hemos dado cuenta de que tenemos miedos inconscientes en los que ni siquiera nos habíamos parado a pensar.

Independientemente de lo que esté ocurriendo en el exterior, lo que realmente nos paraliza es algo interno. Recordemos, que cada persona crea su realidad. Cada uno de nosotros está creando su realidad a cada momento. Lo que experimentamos, no es más que un reflejo externo de nuestra realidad interna. Las actitudes que tenemos y las decisiones que tomamos crean nuestras experiencias. Por lo tanto, si hay algo que no está funcionando como deseamos, tenemos que buscar en nuestro interior.

Sea cual sea el bloqueo, las cosas no son tan oscuras como creemos. El miedo hace que veamos las cosas mucho más grandes de lo que son. ¿Recuerdas cuando éramos pequeños y el patio del colegio nos parecía enorme? Ahora que somos adultos, ¿a que ya no te parece tan grande? Pues lo mismo pasa con nuestros miedos.

Piensa en ese bloqueo que tienes. ¿Desde cuándo lo tienes? ¿Tal vez desde que eras niño? Piensa que, cuando surge ese miedo, quien está hablando es el niño de entonces. Es como el ejemplo del patio del colegio, es lo mismo.

¿Conoces el cuento del elefante encadenado? Habla de un elefante de un circo al que de pequeño le ataban la pata a una estaca con una cadena, y ahora, aunque el elefante ya es grande, sigue creyendo que no puede soltarse. Evidentemente, si el elefante adulto intentara hacerlo, podría, pero ni siquiera se lo plantea. Eso es exactamente lo mismo que pasa con nosotros. Damos cosas por sentadas que ya no son así. Generamos todo tipo de fantasías y proyecciones basadas en lo que éramos ayer, no en quien somos hoy.

Tenemos que llegar al fondo de lo que pasa en nuestro interior. ¿Qué es lo que realmente nos da miedo? Si por un momento pudiéramos salir de nosotros mismos y ver las cosas desde fuera de manera objetiva, nos daríamos cuenta de que las cosas no son como creemos. Es posible que, en nuestra mente, estemos agrandando la situación. Quizá nos estamos ahogando en un vaso de agua.

Todos tenemos miedos, absolutamente todos. La incertidumbre es parte de la vida. Se trata de no permitir que esa condición nos drene la energía. Tenemos que aceptar esa parte de la vida y aprender de ella. ¿Qué sería la vida sin retos? No aprenderíamos nada. ¿Y para qué estamos aquí? Para aprender. Mejor, preguntémonos, qué nos quiere enseñar.

También tenemos que plantearnos hasta qué punto estamos siendo duros con nosotros mismos. Si estamos siendo muy rígidos, convendría preguntarnos el porqué, qué vemos tan malo en nosotros para castigarnos de esa manera. Sería bueno cambiar nuestro diálogo interno y empezar a ver y valorar las cosas buenas que tenemos.

Si queremos ver resultados fuera, tenemos que empezar por dentro. Necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos para ver resultados en el exterior.

También es momento de poner orden en nuestras vidas. Es bueno para organizar nuestras rutinas, cuidar la alimentación, revisar las finanzas o hacer un croquis que nos ayude a tener una visión más amplia de todo el panorama. No sirve de nada pasarse la noche en vela dando vueltas a las cosas. Lo mejor es crear un plan, organizarnos y descansar correctamente.

Si queremos algo, tenemos que esforzarnos. Las cosas no llegan esperando a que pasen, sino haciendo que pasen. Podemos apoyarnos en otras personas para que nos ayuden, pero somos nosotros quienes tenemos que dar los pasos. Si nos quedamos esperando a que las cosas sucedan, no sucederán nunca.

Esta semana se trata de trabajar los miedos y los bloqueos, incluso de los que no éramos conscientes. Tenemos que darnos cuenta de que lo que nos frena somos nosotros mismos. Las circunstancias que vemos en el exterior no son más que un reflejo de nuestro interior. Por lo tanto, si queremos cruzar esa puerta, si queremos llegar a esa meta, tenemos que solucionar las cosas dentro de nosotros, no fuera.

Cuando el miedo aparece, es nuestro niño interno el que habla. Tenemos que ser conscientes de esto y darnos cuenta de que las cosas no son tan graves como ese niño interno las ve. Piensa en cuántas veces te ha sucedido el tener miedo de hacer algo, y tras hacerlo, pensar: ¡pues no era para tanto! Esa es exactamente la misma situación que tenemos en este momento.

Ahora que lo sabemos, tenemos que preguntarnos: ¿Cuál es el miedo realmente? ¿Qué haríamos si no tuviéramos ese miedo? ¿Qué pasaría si conseguimos cruzar esa puerta? ¿Qué implicaría lograr nuestra meta?

Tenemos que llegar al fondo del asunto y ver cuál es el miedo real que hay detrás del miedo aparente. Tal vez ese sea el motivo por el que somos tan duros con nosotros mismos. Y una vez seamos conscientes de esto, ya podemos empezar a organizarnos.

Nuestra meta está al otro lado del miedo. ¿Te atreves a cruzar la puerta?

¡Feliz semana!

Eva – Zona Positiva

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