Muchos temen a la palabra RIESGO.
Es verdad que cuando existe riesgo, existe la posibilidad de perder, de fracasar, o de sufrir. Pero también atravesando riesgos es como mejor nos acercamos a las oportunidades.
El riesgo también es un derecho, hablando de adultos dueños de sus vidas y de sus destinos, adultos maduros, sanos mentalmente, que conocen el punto límite coherente de los riesgos... ese adulto tiene derecho a elegir, aunque otros no lo aprueben. Haciéndose cargo, eso sí, de lo que pueda provocar su decisión de arriesgarse, teniendo siempre en cuenta que si hay seres que los aman, sufrirán las consecuencias junto con él.
Pero hay riesgos normales, donde no hablamos de grandes peligros de vida, ni serios daños potenciales, donde solo se trata de decidir SI ACTUAR O NO ACTUAR. Este es un texto dedicado para esas personas que dejan pasar tiempos largos de sus vidas indecisos, confundidos, temerosos... sin saber jamás lo que en verdad puede suceder una vez actúen.
La acción revela mil puertas nuevas que se abren. Nos posiciona en un ángulo nuevo para ver el mundo y a los que nos rodean. La valentía de actuar nos resignifica en nuestras fuerzas, nos sentimos más capacitados para muchas cosas que antes veíamos casi imposibles... todo esto se logra tan sólo por dar ese paso, por cruzar ese puente, por abrir esa puerta, por animarnos a llegar a la otra orilla...LA ACCIÓN (bien aplicada) IMPLICA CONOCIMIENTO, renovación, aprendizaje, experiencia, sabiduría, CRECIMIENTO...
Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |