Le pidieron que comentara su opinión al respecto de las palabras del Papa Francisco que alertaba del peligro de recurrir a videntes.
-Dijo: ¿El peligro no estará al acudir a cualquier profesional que no esté cualificado para desempeñar su profesión? Un arquitecto o cualquier otro ingeniero resultarán peligrosos si desconocen los fundamentos de su trabajo. La peligrosidad alcanzará cotas todavía mayores cuando acudimos a un médico que no tenga ni el conocimiento ni la experiencia suficientes para desempeñar su cometido con garantías. Un docente neurótico también resultará muy peligroso para sus alumnos. Naturalmente esto mismo es aplicable tanto a videntes como a un largo etc.
Los mayores peligros son los frutos de nuestra fantasía cuando andamos a la caza y captura de panaceas y/o soluciones milagrosas. Cuando estamos dispuestos a comprar cualquier cosa que quieran vendernos sin comprobar mínimamente si aquello funciona.
Nuestra responsabilidad también consiste en saber elegir. “Por sus obras los conoceréis” podemos leer en la Biblia. También afirman los sufíes que la existencia de la moneda falsa confirma que hay moneda verdadera…
Recordemos también que por muy sabia que sea, ninguna persona puede conocernos mejor que nosotros mismos. Aprendamos a reconocer el contenido de nuestra propia “sombra”, lo que ocultamos y negamos. Aquello que nos molesta exageradamente.
Ayudémonos de herramientas que hayan mostrado su eficacia en esa búsqueda. ¡A cada cual su herramienta! Y por supuesto, seamos capaces de “poner en cuestión” y de extraer nuestras propias conclusiones.
Las teorías son infinitas, pero en este camino por el que transitamos sólo cuenta aquello que podamos experimentar por nosotros mismos. A decir de los Sufíes, el único pecado del que podemos arrepentirnos es el de perder el tiempo.
“La vida es demasiado valiosa para desperdiciarla” -Y diciendo esto se marchó…
Fuente: Plano Sin Fin |