La “oveja negra” no es la transgresora, si no la más leal del árbol genealógico.
En los sistemas familiares puede encontrarse una fuerza de adhesión a ciertos aspectos que, en caso de ser transgredidos, provoquen la expulsión del clan. Por razones de supervivencia (reales o fantaseadas) la persona irá incorporando como propias creencias, percepciones, modos de ser en el mundo que confirmen su lealtad.
Sin embargo, en algunos casos, el hijo considerado como “la oveja negra” lo que internaliza es la sombra, lo negado, lo rechazado de la propia estructura de los padres, y porta aquello que ellos mismos no quieren o no pueden ver en sí mismos, y a la vez lo repudian en el exterior como una manera de alejar de la conciencia aún más sus propios aspectos no integrados.
Fuente: Psicogenealogía y Metagenealogía - Mendoza |