Ya muchos saben que el mundo emocional está representado por el agua. La manifestación del agua en una vivienda, alude precisamente a los estados emocionales de sus moradores. Si bien, esto no necesariamente representa un conflicto emocional importante, nos da señales de que puede estar a punto de emerger uno.
Primero que nada, el que aparezca agua en cualquier lugar de la casa, implica que ocurra un contacto con el elemento líquido un poco “a la fuerza”. Como si ésta quisiera tocarnos, para recordarnos su existencia. Podemos hacernos preguntas como: ¿hace cuánto tiempo que no disfruto un día frente al mar? ¿hace cuánto que no me relajo con un buen baño de tina? ¿o me doy espacio para liberar mis penas? ¿lloro?… Probablemente, las personas que tienen algún tipo de gotera o filtración en sus casas, no se dan el suficiente espacio para su mundo emocional, encontrando a éste, poco relevante para sus intereses, pues el elemento opuesto (tierra) lo ha dominado.
Para el caso de las goteras. Aquí la intención del agua es “molestar”, no sólo por la humedad que puede provocar su acumulación, sino también por el sonido que hace al caer. El típico sonido de la gotera en la noche, puede dar luz a nuestra relación con lo que “nos dicen”. Es probable que alguien nos esté diciendo cosas que nos afectan a nivel emocional, o que algo que escuchamos, probablemente de un ser querido, nos causa algún tipo de conflicto.
Por otra parte, la simbología de no poder cerrar la llave para que ésta deje de gotear, se refiere a cuestiones relacionadas a nuestro poder, nuestra fuerza, o simplemente, nuestra voluntad. No cerramos la llave porque ¿no podemos o no nos atrevemos? ¿o porque no podemos forzarla? ¿es demasiado trabajo? ¿necesitamos ayuda?…
En las filtraciones, las paredes o suelos húmedos, son algo más amigables que las goteras, a pesar de que también son molestas, porque a nadie le gusta ver humedecerse alguna parte de su casa. Pero, ¿qué tienen de amigables? La forma de manifestarse es más silenciosa. A veces sólo aparece una mancha en la pared, o una poza en el suelo que, por lo general, emerge lentamente y nos da algo más de tiempo para repararla. Sin embargo, este tipo de materialización emocional, suele ser más grande que el de la gotera. O sea, el conflicto aquí abarca mucho más, es más difícil de identificar sus causas, y por lo general, requiere más tiempo para su reparación.
Aquí pueden existir dos causas: una karmática. Las causas a veces pueden ser confusas o inexplicables y puede tomar mucho tiempo detectar de dónde viene la filtración. Incluso, para el caso de los edificios, las filtraciones pueden provenir de otros departamentos, pero esto no quita que el problema también esté en nosotros.
La segunda causa, se subdivide en dos más dependiendo si el agua emergió del suelo o la pared.
Para el caso del suelo, la persona necesita hacer prosperar sus intenciones materiales mediante la fluidez de sus emociones. Por ejemplo, liberar y equilibrar mejor sus emociones con el trabajo, o con sus hijos, pues éstos son parte de un “trabajo” más universal. O puede ser que la emoción supere a la persona y sus frutos no logren sobrevivir por el exceso de agua. La solución es lograr equilibrio emocional, para manifestar seguridad material.
En el caso de las filtraciones en las paredes. La relación con el mundo y todo lo exterior a uno, está generando conflictos emocionales. Probablemente la persona no se muestra, o no comparte sus sentimientos con nadie, pero esto le causa demasiado aislamiento y sensación de soledad. En este caso, la persona debe encontrar las vías para protegerse de otra forma, e interactuar naturalmente con sus pares, sin volverse antisocial.
Si la filtración proviene del techo, la simbología cambia un poco, pues la persona se protege del mundo exterior, sin embargo sigue sintiéndose amenazada, como si estuviera “a punto de llover”. Probablemente estas personas son mucho más mentales, todo lo racionalizan, es por ello que el agua intenta “mojarles la cabeza”, y hacerlas despertar.
Por último, y a modo general, la manifestación de agua suele aludir a penas no procesadas, ni exteriorizadas. Por lo tanto, es recomendable algún tipo de terapia que ayude a relacionarse con ellas lo mejor posible, para así lograr mayor fluidez y bienestar.
Texto por Liz R.Rey
Fuente: Sanando Karma
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