Bloqueo
físico:
Los
problemas más comunes son: dolores, endurecimiento, mastitis,
mastosis, quistes, tumores y cáncer.
Bloqueo
emocional:
Los
senos son un lazo directo con nuestra manera de amamantar, ya sea a
nuestros hijos, nuestra familia, nuestro cónyuge o al mundo en
general. Tener un problema en un seno, tanto en el hombre como en la
mujer, se relaciona con un sentimiento de inseguridad con respecto a
nutrir bien o proteger a aquellos que uno amamanta. Amamantar
significa que se sigue tratando al otro como si fuera un niño
dependiente de su madre. Es posible que la persona con un problema en
el seno sea del tipo que se esfuerza por mantener una apariencia
maternal, por ser un buen padre, o que se preocupa demasiado por los
que ama en detrimento de sus propias necesidades. Así, de manera
inconsciente, está resentida con ellos porque no tiene tiempo para
sí misma a causa de sus numerosas demandas. Suele ser una persona
muy controladora en su manera de amamantar a los demás. Este tipo de
problema puede también significar que la persona se exige demasiado,
que se cuida hasta el punto de ser excesivamente prudente. Para una
persona diestra, el seno derecho está relacionado con el cónyuge,
su familia u otras personas cercanas a ella. Su seno izquierdo se
relaciona más con su hijo (o incluso con su niño interior). Para un
zurdo es a la inversa. Si una mujer tiene un problema en los senos de
orden estrictamente estético, recibe el mensaje de que se preocupa
demasiado por su imagen como madre. Tiene que darse el derecho de ser
el tipo de madre que es y aceptar sus límites.
Bloqueo
mental:
Al
vivir un problema relacionado con tu forma de ser madre o de
amamantar, recibes el mensaje de perdonar a tu propia madre. Si tu
manera de amamantar te ocasiona problemas, es fácil concluir que la
manera en que lo hizo tu madre seguramente te causó problemas. En
lugar de esforzarte o quejarte por lo que vives, tienes que darte
cuenta de que no viniste al mundo para proteger y alimentar a todos
los que amas. Si te piden ayuda y está dentro de tus posibilidades,
tienes que darla sin ir más allá de tus límites, es decir,
respetándote a ti mismo; no dudes en amamantar, pero hazlo con amor,
alegría y placer. Si no puedes o no quieres ayudar, reconócelo y
concédete el derecho de no hacerlo por el momento. Tus límites
actuales no serán necesariamente los mismos toda tu vida. Tu sentido
del deber es demasiado grande, te exiges demasiado. Tienes que
aprender a ceder ante tus seres queridos. El hecho de que se vuelvan
autónomos no significa que te los arrancan del seno. El amor
maternal puede permanecer sin que te sientas obligado a amamantar
continuamente.
Lisa Bourbeau - Obedece a tu cuerpo. ¡Ámate! |