Somos seres holísticos conformados por cuerpo, mente, emociones y espíritu.

Necesitamos tener una actitud mental positiva hacia nosotros mismos y hacia los demás. Esto nos permite tener las emociones en mayor equilibrio y una mayor conexión espiritual, manifestándose en un cuerpo sano.

Cuando una enfermedad se presenta es importante buscar soluciones emocionales, mentales, y por último, las físicas.

Emocionales: Recordando qué te afectó emocionalmente, a qué evento estuviste expuesto, ya sea por una tristeza o una rabia. Cuando puedes identificar la emoción, es importante honrarla, reconocerla y, si es necesario, perdonar lo sucedido. Esto va a permitir liberar la tensión emocional que ha causado la enfermedad. Es importante tener la conciencia de perdonar y liberar. Una vez que somos conscientes de ello, comienza nuestro proceso real de sanación.

Mental: Comenzando a cambiar las pautas mentales que puedes tener con relación a la enfermedad. Identificar esas pautas mentales, cuáles son las creencias que la acompañan, de dónde vienen. Una vez que lo identificas, es más fácil poder transformarlas.

Físico: Una vez que has podido identificar la emoción, la has trabajado liberándola a través del amor y comienzas a cambiar las pautas mentales, ahora es tiempo de comenzar o continuar con el aspecto físico. Puedes empezar por cambiar un poco tu alimentación, comiendo frutas, verduras, menos carnes, eliminar un poco los carbohidratos y los azúcares blancos, ya que tu cuerpo necesita mayor energía para restablecerse con prontitud, comida vegetariana mientras estás enfermo, tomar jugos verdes en ayuno para desintoxicar el cuerpo, darte baños con sal (puedes usar sales especiales para frotar tu cuerpo al bañarte), quizás hacer un poco de ejercicio para expulsar las toxinas del cuerpo, de ser necesario, tomar medicamentos recetados por un especialista y, simultáneamente a todo esto, hacerte sanación a través de la energía: Reiki, pranica, thethahiling, etc.

Sin importar el tipo de enfermedad, todas tienen su semilla en el aspecto emocional, y esta viene acompañada de todos los pensamientos, ya sea por la información que está alrededor de la enfermedad o de nuestros propios pensamientos de miedos que simplemente la alimentan más.

Hoy día es importante enfrentar una enfermedad desde un aspecto holístico, no solamente tratar el aspecto físico, hay que tratarla desde todos los aspectos, es buscar la sanación y no quedarse sólo con la curación de la enfermedad.

Fuente: Formarse