 Uno de los fallos que se repiten con gran frecuencia entre humanos: no entender que cada uno está posicionado en la vida en un lugar único y exclusivo, y como tal, tendrá su propia visión del asunto, su propio ángulo y punto de vista, sus propias emociones involucradas.Cada uno arrastra en su vida colgado en su, a veces, cansado hombro una mochila propia que jamás nadie cargó ni cargará. En esa mochila se suman lentamente todas las experiencias que tuvo esa persona desde que nació, lo que vivió desde pequeña, las situaciones buenas y malas que enfrentó, el roce constructivo y destructivo con otros, los vientos en contra y los días llenos de sol. En esa mochila hay tantas lágrimas como las que lloró y tantas sonrisas como las que disfrutó, en esa mochila hay aspectos suyos llenos de aromas entrañables, llenos de nostalgias, y hay otros aromas irrespirables, que asfixian, que impiden siquiera vivir por momentos... Hay tantas cosas guardadas en esas mochilas como años y días vividos, tantas emociones encontradas, tantas preguntas sin respuestas, tantos miedos callados, tantos aprendizajes de los que somos alumnos sin quererlo, sin pedirlo.Pero la única gran verdad es que todo eso que llevas en tu mochila te hace único para ver la vida, te detiene ante los demás desde una posición que pocos tendrán, por lo cual no todos entenderán tu postura, tus ideas, tus opiniones, tus aportes... muchos criticarán, muchos se burlarán sarcásticamente, muchos no creerán en ti, muchos dudarán, muchos discutirán, y te sacarán fuerzas y entusiasmos. Pero si te impones a ti mismo recordar: yo estoy en el lugar exacto que me corresponde, por la historia que tuve, por todo lo vivido, por todo lo aprendido, por ser quien soy, por mi potencial tan mío, tan único. Soy el resultado de tantas cosas que me han pasado. ¿Por qué no voy a tener mi propio criterio, mi propia visión de las cosas, mi propia interpretación de los hechos, mis propias ideas, sugerencias y opiniones?Aprendamos a entender esa sencilla realidad: todos somos personas que tenemos nuestro propio contenido que nos llevará a ver TODO de un modo diferente. Ojalá que desde esa diferencia tan esencial entre todos se pueda construir, crecer, colaborar, aportar... y que asumamos el rol de aprender del otro, y escuchar las voces de otros como una forma de avanzar juntos, y que sin duda así como yo puedo enseñar formas nuevas a otras personas, ellas también tienen con su propio estilo, con su propia mochila, enseñarme herramientas interesantísimas para vivir mejor.Deja que el otro abra su mochila y te enseñe lo que tiene dentro, deja que el otro saque de su mochila su forma de ver y vivir la vida. Si tienes esa humilde postura te sorprenderá lo bien que te llevarás con el mundo, las relaciones serán más sanas, tu potencial crecerá, y la unión y los logros entre todos aumentará y se multiplicará.Por eso cuando estés a punto de discutir con alguien sólo dile eso: Por favor, déjame que te cuente lo que ven mis ojos...Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |
