Si se ha ocultado a los hijos su verdadera pertenencia, sí se les puede decir de mayores. De esta forma, se repara una injusticia y puede conocer sus verdaderos orígenes. ¡Los niños/as tienen derecho a saber quiénes son sus verdaderos padres biológicos!
No saber quiénes son los verdaderos padres hace que la persona construya su vida sobre una mentira.
Esto afecta a todos los ámbitos de su existencia. La verdadera prosperidad y felicidad en la vida parten del conocimiento que uno tiene sobre sus propios orígenes.
La mayoría de casos en donde se ha ocultado la adopción, son personas solitarias, con depresión, que no pueden tener pareja porque su intuición sabe que la verdad no ha salido a luz y todo les parece mentira.
La clave está en que los padres adoptivos guarden un profundo respeto ante los padres carnales y que muestren claramente este respeto ante los hijos.
¡La verdad los hará libres!
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