 Es verdad que estamos dedicando demasiado tiempo al sufrimiento. También es verdad que si hay razones por las que sufrir no será tan sencillo superarlas, necesitaremos trabajar en ellas para liberarnos de la angustia que nos mantiene detenidos en el tiempo y en la vida.El sufrir tiene sus causas, pero también sus consecuencias, y éstas suelen ser bastante destructivas.Si perdemos tanto tiempo llorando por lo que perdimos, perdemos la oportunidad de luchar por lo que nos queda. Luchando por lo que tenemos es cuando podemos aspirar a cambios y mejorías.Toda muerte es pérdida, y toda pérdida se sufre, las externas y las internas. Hay que llorar por ellas. Todo duelo es un proceso necesario. Pero recordemos que tenemos que luchar por renacer, por comenzar de nuevo, por transitar caminos nuevos y sentir poco a poco que volvemos al mundo siendo otros, con duras lecciones aprendidas si decidimos ser buenos alumnos.Qué importante es luchar por quienes están con nosotros en lugar de fijarnos tanto, de perder tanto tiempo por los que se han ido. Lo ido es un hecho al igual que lo que queda, tanto personas como realidades, es lo que hay ahora mismo en tu vida. Si nos centramos en lo que pudo ser, no vivimos lo que es.Llorar todo el tiempo por aquel que nos daña saca protagonismo en nuestra vida a quien nos quiere. No vemos ni valoramos a aquel que en verdad juega a tu lado. Priorizamos de manera equivocada. Necesitamos redireccionar nuestro foco de atención emocional. No es tarea sencilla, requiere esfuerzo con uno mismo, trabajar con resistencias internas, con dolores antiguos, cicatrizar viejas heridas.Pero lo importante para avanzar en cualquier recorrido es centrarnos en todo aquello y aquel que construya, que nos eleve, que nos respete, que nos quiera, que aporte a nuestro crecimiento personal, a nuestra firmeza interior.¿Imaginas cómo sería nuestra vida si realmente nos concentrásemos en todo lo que es edificante, renovador, refrescante y constructivo en nuestra vida diaria?Poner en nuestro presente todo lo relacionado con nuestra felicidad, en pequeñas facetas, en distintos aspectos, momentos e intensidades , con distintas personas, pero apuntando siempre al mismo objetivo: crecer, avanzar y sonreir.Focalicemos, optimicemos. La vida está para vivirla del mejor modo posible, justamente para no sufrir tanto. Si se está sufriendo demasiado es porque hay tareas pendientes que atender. Elije todo aquello que tenga que ver con la sonrisa y te aleje de las lágrimas, todo lo que te despierte ternuras y te regale alivios, suspiros, momentos de relajación y claridad. Si logramos centrarnos en esos pequeños detalles y los vamos sumando, acumulando, generando, provocando, cada día tendrá más tonos mágicos de logros y placer, de acercamientos deliciosos constructivos y hasta amorosos, algo muy cercano a la plenitud interior, que sin duda si la luchamos, la merecemos, y será todo un premio vivirla.Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |
