 Cuando las cosas no salen como deseamos o nos vemos sorprendidos por una situación no deseada, reaccionamos con enojo, con miedo, con desconcierto, y esto es normal. Nuestra educación, nuestros parámetros mentales, nos hacen tener esas reacciones. La mente está convencida de que con un enojo va a neutralizar el foco del problema. Por ejemplo, un ruido durante la noche, nos genera "bronca”, y esto es porque la mente asocia que al manifestar un enojo, ese ruido va a desaparecer.Esta forma de actuar de la mente es a causa de que en la primera etapa de nuestra vida, de muy pequeños, la única manera de comunicación era el llanto, el "berrinche”. Al tener hambre generalmente, y tras el llanto, venía el alimento y el hambre desaparecía. Este mecanismo generalmente queda muy grabado, y la mente no tiene edad, y reacciona igual, manifiesta un enojo para que desaparezca lo que molesta.También es común que ante un problema se nos manifieste alguna enfermedad, y esto también tiene que ver con nuestra niñez. Al estar enfermos recibíamos protección y mayores cuidados.Hoy la mente, puede buscar esa protección, presentando enfermedades. Dolor de cabeza, de estómago, stress, y según la gravedad del "problema”, puede ser causa de enfermedades muy complejas.Ahora no tenemos que huir de la situación. Tomemos lo que nos molesta, evitemos el enojo, el temor, y digámonos "puedo tener una solución para este problema, ¿cuál es la mejor manera de salir de esta situación?”. Las preguntas harán que la mente se ponga a trabajar en ello. No esperemos una respuesta inmediata, pero asumamos lo que nos pasa y tengamos fe en que somos capaces de enfrentar, soportar lo que sucede, y encontremos una solución.Fuente: www.facebook.com/pensamientospositivosahora |
