El animal de color carne, vestido sólo en la parte inferior del cuerpo, desciende hacia la encarnación. Se ve en el color de este elemento y en el hecho de que sus partes sexuales están cubiertas, un símbolo orientado hacia la materia.
El animal amarillo está vestido de cintura para arriba, y una cinta que rodea su cabeza parece taparlas o ponerlas de relieve. Se puede ver en ello una visión del intelecto que aspira a ascender, con su tendencia a girar alrededor de sí mismo y su dificultad para escuchar.
El animal azul con aspecto de esfinge y una capa roja en forma de corazón, y que estrecha contra su propio corazón una espada que mide exactamente lo mismo que la varita del Mago, representa la vida emocional que se presenta a la vez como un enigma y como la vía hacia la sabiduría.
El corazón se representa, pues, como elemento que puede unir o inmovilizar las demás instancias, la vida espiritual y la vida animal.
Alejandro Jodorowsky en "La Vía del Tarot"
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