Cuando tenemos relaciones sexuales, no sólo tenemos un contacto íntimo con otra persona, sino que también estamos compartiendo e intercambiando energía y emociones.

Al tener relaciones sexuales, volcamos en la otra persona nuestros miedos, cargas genéticas, ciclos no cerrados de antiguas relaciones, y viceversa, la energía bloqueada de nuestra pareja y de sus relaciones anteriores se imprime en nosotros.

En definitiva, mientras más parejas sexuales, mayores serán los bloqueos energéticos, pues esta energía se acumula, y cuando tenemos relaciones íntimas con nuestra pareja, lo estamos haciendo también con las energías de todas las parejas anteriores.

De este modo, en un encuentro sexual se pueden unir las energías densas de muchas personas.

Imagina que entras en el ático de tu casa donde nunca has limpiado, pero donde has ido guardando cosas inútiles que ya no necesitabas. Todo está amontonado, lleno de polvo, suciedad y oscuro. ¿No crees que es momento de empezar a ordenar, tirar lo que no sirve y poner un poco de luz en ese lugar sagrado? Para la mujer el útero y para el hombre el corazón.

Somos las mujeres, como receptoras, quienes más densidad absorbemos. Aunque los hombres, al ser cada vez más conscientes de su propia energía, también cargan con los bloqueos energéticos de sus parejas y los cúmulos anteriores que éstas puedan traer en su energía.

Así se crean los lazos energéticos sexuales que, inevitablemente, nos unen a las personas con la que hemos estado hasta que seamos conscientes de ellos y logremos cortarlos, eliminando también toda la energía que no sea nuestra.

Todo esto se libera en ciclos de 7 años, como mínimo, a no ser que la eliminemos conscientemente.

Una buena forma de limpiar toda esta energía sexual acumulada es con el agua. El agua de mar es lo mejor. Pero también podemos introducirnos en el mar, pidiendo que toda esa energía estancada se limpie y se transforme en energía vital. Si no puedes ir al mar, puedes sumergirte en una bañera, o echarte agua de romero, o agua salada por encima en una ducha. También ayuda escuchar música con sonidos de agua, como olas de mar o riachuelos.

Si sientes tu vida estancada y repetición de patrones en tus parejas y no consigues limpiar tu energía, acude a un terapeuta que te guíe y oriente más profundamente en cómo hacerlo.

De este modo empezaremos a compartir las energías sagradas de lo femenino y lo masculino desde un punto energético más elevado y con más conciencia.

Fuente: María José Salazar (Multiterapia energética)

Fotografía de Sarah Anne Johnson