¡Que importante se vuelve a veces el aprender a decir adiós a ciertas situaciones!Muchas veces nos resistimos a entender algo tan simple como que una mano no puede llenarse si antes no queda vacía. Si tenemos lógica con las cosas prácticas, ¿por qué no saber aplicarlo al mundo emocional? Porque si lo pensamos bien, el mundo de los afectos funciona igual: si tenemos el ánimo, la mente, la atención, los sentimientos fijados en un punto que no funciona ni para atrás ni para adelante, un punto en el que sólo estamos paralizados, inmovilizados, ¿por qué seguir aferrados a ese punto? ¿por qué llenar espacios tan valiosos como son el mundo de tus sentimientos, de tus logros, tu atención, tus objetivos, con personas o circunstancias que sólo son un ancla que entierra tu barco en la arena?Hay un mar afuera para navegarlo libre de anclas. Tu barco puede liberarse y volver al mar. Vacía tu mundo de aspectos insanos que te tienen en una trampa, que te llenan la mente de agobios, dudas, miedos, indecisiones, frenos.Vacía para llenar. Genera espacios para algo nuevo. Quita lo peor para que pueda entrar lo mejor.No te demores tanto en actuar. Tu barco quiere elevar anclas y salir a gozar de la vida aún bajo tormentas o días soleados, porque de eso se trata vivir, dejar ir, soltar, abrir espacios, limpiarse de antiguos lastres, descargar en la arena los bultos que sobran y quedar más livianos, alzando las velas bien altas, aprovechando nuevos vientos, aprendiendo a sonreír a pesar del dolor que a veces significa separarse de lo viejo, procesar duelos...Y sin duda es cierto: solamente con las manos vacías llega lo nuevo.Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |