Puede ocurrir que la madre se sienta débil por no haber tomado a su madre. Si, por ejemplo, la madre ha rechazado a su propia madre, si no quiso saber nada con ella, entonces su hija representa para ella a esa madre.
La relación no solucionada de la madre hacia su madre es transferida a la relación de la madre con la hija. Eso se denomina parentificación.
No hay ninguna solución entre la madre y su hija hasta que esa madre no mire a su madre, le haga una reverencia y le dé la honra como su madre.
Y hasta que no tome de su propia madre lo que la madre le ha regalado, hasta que honre y permita que en ella se despliegue para luego así regalárselo a la hija.
De inmediato la hija está aliviada cuando la madre lleva a cabo ese proceso con respeto a su madre.
Bert Hellinger, padre de las constelaciones |