Había una vez una princesa que, viendo el cuento de la Bella Durmiente, decidió ella también desmayarse para que su príncipe la despertara con un beso.

Pero el príncipe, cada vez que la veía desmayada, se le ocurría darle una poción que le sacaba granos en el cuerpo, sin embargo, la princesa despertaba siempre.

La princesa, cada vez que era despertada de esta forma, quedaba furiosa. Pero a lo largo de 15 años repetía de mil formas posibles el acto, y al príncipe se le ocurrían pociones más dañinas para despertarla pero siempre muy efectivas y ella con los granos se puso cada vez más fea.

El príncipe, por su parte, cada día crecía su frustración. Él amaba a la princesa por su belleza, pero cada día se ponía más fea y el carácter cada vez que la despertaba se ponía peor. Él estaba orgulloso de ser el único que la curaba de esa enfermedad de desmayos en todo el reino y esperaba que en uno de esos desmayos ella se despertara súper romántica y le dijera… mi héroe y lo besara. Pero eso nunca ocurrió, siempre despertaba asqueada y furiosa.

El príncipe y la princesa son el perfecto ejemplo de una relación tóxica. Ambos tienen en la cabeza deseos ocultos no compatibles con el otro y parten de la manipulación o de su propio cuento para conseguir algo que no vive en la otra persona.

La princesa no quería a su príncipe, quería el final de La Bella Durmiente. El príncipe no veía el desmayo como acto romántico, sino se veía a sí mismo como médico y nunca vio que la princesa lo manipulaba para ser el príncipe de La Bella Durmiente.

Cada uno asumió algo que no había en el otro y crearon un acto que los unía más en su desdicha que duró 15 años.

Ambos esperaban algo, ambos no lo decían y ambos permanecían esperando a que el otro cambiara cuando eso no iba a pasar. La toxicidad enamora por el recurso de la frustración y este hechizo sólo puede romperse cuando las dos personas encuentran lo que las atormenta y juntos encuentran un sentido nuevo y vital a la relación.

El problema es que las relaciones tóxicas tienen su origen en dos personas desconectadas una de la otra, así es que… piensa que tan fácil puede ser esto.

Fuente: Skanda