Una de las cosas para las que sirve estudiar la evolución de las personas es entender que cada una está en un nivel, y que hay niveles que no se pueden entender por los niveles inferiores.

Esto lo puedes entender fácilmente si quieres explicarle sexo o jornada laboral a un niño de 4 años. Pero entre los seres humanos de la misma edad pasa lo mismo.

Para que alguien te entienda tiene que haber recorrido un camino similar al tuyo o ir más avanzado. Si no lo hizo, por más que te esfuerces en explicárselo, nunca te entenderá.

No aprender esta lección puede costarte veinte años explicándole a alguien lo mismo y frenando tu camino, mientras tú sigues creyendo que algún día lo entenderá.

Fuente: Skanda