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Jóvenes de Barcelona crean un respirador de emergencia casero
Los impulsores comenzaron a trabajar en esta idea cuando descubrieron que estos artilugios escaseaban en los hospitales italianos en plena crisis del Covid-19
Una de las primeras versiones del respirador, en el taller de Protofy
Un grupo de jóvenes ingenieros de Barcelona ha impulsado una iniciativa para dar respuesta a una eventual falta de respiradores de emergencia en los hospitales de todo el mundo. “Cuando el jueves vimos que esto del coronavirus se ponía serio decidimos ponernos manos a la obra para ayudar de alguna manera”, recuerda uno de los impulsores, Ignasi Plaza, de 26 años. Cualquiera con un poco de maña puede fabricar un aparato de respiración asistida siguiendo su manual, asegura el joven.
Primero pensaron en una ‘app’ para informar a familiares y amigos en caso de contagio. Descartaron esa idea cuando vieron que en Italia faltaban aparatos de respiración asistida. “Había gente trabajando en soluciones muy complejas, que requieren demasiada tecnología y ser ingeniero para tirarlas adelante. Nosotros pensamos en todo momento en un aparato que se pudiera replicar fácilmente”, explica Plaza, miembro de la empresa Protofy, ubicada en el 22@ y especializada en crear tecnología a medida.
El proyecto se llama elocuentemente Oxygen y empezó a tomar forma el sábado. Aprovecharon sus conocimientos y las horas de confinamiento obligado para idear en un tiempo récord un mecanismo de emergencia que automatiza un respirador manual tipo AMBU. Los planos y las instrucciones de montaje se pueden descargar libremente de su web. Han recibido mensajes de personas en Sudáfrica, Argentina y Andorra interesándose por este artilugio casero. Incluso en Barcelona ya hay una persona montando uno, explica Plaza, para donarlo en caso de que sea necesario.
Piezas reutilizadas
Para la construcción de este respirador es necesario un motor de limpiaparabrisas y otros elementos, principalmente piezas recuperadas de automóviles y pequeños electrodomésticos. “La estructura de madera no nos acaba de convencer pero era lo único que teníamos a mano en la oficina”, puntualiza Plaza, que ya trabaja con un versión con metacrilato mucho más hipoalergénico.
Los creadores, con una media de edad que no supera los 30 años, están trabajando en este momento para pulir algunos detalles de su última versión, la tercera. Un respirador bien usado salva vida, pero si es mal usado puede causar la muerte del paciente, advierten “Necesitamos ayuda de inventores y médicos para mejorarlo y que en caso de los respiradores actuales no sean suficientes se pueda improvisar una solución”, explica Ignasi Plaza, que insiste en la importancia de usar este aparato únicamente bajo la supervisión de personal sanitario cualificado.