Estamos ante un importante fin de ciclo. Una etapa de nuestra vida termina para empezar otra. Es tiempo de aceptar y cerrar lo que ya cumplió su función.
Llevamos tiempo en este proceso. Pero en las últimas semanas se ha hecho más evidente. El progreso o cambio que ya estamos viviendo está relacionado con lo que vivimos en 2002-2003. ¿Qué sucesos te ocurrieron entre esos años? ¿Qué temas experimentaste? ¿Cuáles son las similitudes que ya empezaste a vivir este año?
Vamos hacia el siguiente escalón de nuestra vida. El Ermitaño nos invita a hacer una reflexión final antes de pasar a lo siguiente. La idea es asimilar el final de una etapa para poder entrar en la nueva.
Todo es cíclico. Cerramos y entramos con nuevas tareas. Lo vivido durante este año activa temas similares a lo que experimentamos durante 2002-2003. Y esta transición nos lleva al 2022.
El Ermitaño anuncia a la vez un final y un nuevo comienzo. Nos invita a hacer introspección para cerrar el ciclo y entrar a nuestro nuevo camino. Asimilar las enseñanzas vividas para abrirnos al futuro. Hay un cambio profundo al que tienes que hacer frente. ¡El Universo quiere que evoluciones!