Estómago
El estómago recibe el alimento y lo digiere para colmar las diferentes necesidades de mi cuerpo en vitaminas, proteínas, etc. Alimento mi cerebro del mismo modo por las situaciones y los acontecimientos de mi vida. Cada estómago tiene su propio funcionamiento. Por más que la forma general sea la misma, la digestión puede ser diferente de una persona a la otra. Así, la forma de mi estómago está en relación con mi personalidad.
Mi estómago refleja el modo en que absorbo e integro mi realidad y mi capacidad en digerir las nuevas ideas o las nuevas situaciones. Puede compararse a un barómetro indicando mi grado de apertura y mi modo de reaccionar en la vida.
Los problemas de estómago aparecen cuando mi realidad cotidiana está en conflicto con mis deseos y mis necesidades. Estos conflictos se vuelven a encontrar habitualmente al nivel de mis relaciones familiares, de amistad o laborales.
Dolores de estómago
Conozco el trabajo efectuado por mi estómago y sé que representa mi modo de digerir, absorber e integrar los acontecimientos y las situaciones de mi vida. Los estirones en el estómago están vinculados con frecuencia a una necesidad de amor, de “alimento emocional” y de alimentos.
El alimento representa el afecto, la seguridad, el premio y la supervivencia. Si vivo un vacío cualquiera en mi vida, querré colmarlo con el alimento, en particular en los momentos de separación, muerte, pérdida o escasez de dinero. El alimento también puede ayudarme artificialmente a “liberarme” de las tensiones materiales o financieras. Siento como una carencia indispensable para mi supervivencia. La fermentación, por su parte, procede del hecho que no quiero enfrentar ciertas emociones que vivo con relación a personas o situaciones. Pongo estas emociones de lado, pero éstas siempre están presentes, se acumulan, “fermentan”, bajo el efecto de mi actitud “ácida”. Rumio constantemente ciertas situaciones que viví y que “no digiero”. Por lo tanto, tengo tendencia a “rumiar” situaciones pasadas y a vivir las mismas actitudes y las mismas emociones negativas. Éstas me quedan pues en el estómago. Es muy difícil para mi estómago digerir emociones no vividas. Al estar mi realidad en conflicto con mis sueños y mis necesidades, esto me lleva a vivir diversas emociones. No expreso mis contrariedades, estoy irritado. La ira y la agresividad rugen en mí, pero las reprimo. ¡Ya está! La úlcera y los ardores de estómago están aquí. Tengo grandes miedos, mi digestión se hace laboriosa porque mi estómago es nervioso y frágil. ¿Cuál es la situación de mi vida que no digiero? Vivo gran inquietud, sobre todo debido a mi poca confianza en mí, lo cual hace difícil la aceptación de mis emociones. Los dolores de estómago se producirán cuando vivo una contrariedad en el campo de mis finanzas personales o de mi vida profesional. Ciertas situaciones son tan repugnantes y asquerosas que mi estómago rechaza digerirlas. Reacciono frente a mi realidad de un modo negativo y “ácido” y padezco indigestiones y nauseas. La digestión es muy lenta si el estómago está tenso y rígido, evitando que cambios se produzcan en mi vida.
Tomo consciencia de que tengo que mostrar más apertura en la vida y acepto que las situaciones y los acontecimientos están aquí para hacerme crecer. La aceptación permite transformarlos en experiencias y la presión o la tensión desaparece.
Ardores de estómago
Como lo indica su nombre, el ardor de estómago es señal de que algo, una situación, un suceso, una persona me quema, me acidifica, me enfurece. La situación me parece irritante, injusta y vivo interiormente impotencia. Cuando tal situación me sucede, puedo preguntarme: “¿Qué es lo que me quema o me pone furioso? ¿Qué es lo que a mí no me gusta y que no consigo digerir”? También es muy posible que me enganche a esta ira de un modo inconsciente, porque tengo miedo de afirmarme, de soltarme y expresar mis necesidades, mis deseos y mis intenciones al nivel del corazón. Soy único en todo y los demás son diferentes a mí en todo. Tengo pues que estar abierto y atento a mis propias necesidades y aceptar la entera responsabilidad de mis actos, por más que la gente sea diferente a mí. El hecho de volver a reprimir, inhibir una emoción (ira, pena, rabia) aumenta la acidez de los gases gástricos y, al mismo tiempo, me impide tragar cualquier cosa (porque los ardores manifiestan un tipo de presión interna en el área del estómago).
Tengo que ver el nexo entre mis auténticos sentimientos y los ardores de estómago. Conservo la calma y observo mi modo de ser, mis reacciones frente a las situaciones que vivo así como mi actitud frente a los acontecimientos cotidianos. Centrando mi atención en mi convicción que la vida es buena y que mis necesidades todas se colman en el momento adecuado, mi estima personal aumenta y mis próximas cóleras serán menos intensas. Tomo el tiempo de apreciar cada momento de mi vida ¡y mi estómago se lleva mejor!
Gastritis
La gastritis es una inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago, lugar donde empieza el proceso de digestión.
Si hay inflamación, hay irritación e ira frente a algo o a alguien a quien no digiero: ciertas cosas no pasan como quisiera, o puede ser una o personas que no actúan como lo deseo.
Puedo tener el sentimiento de haber sido engañado y de estar atrapado en una situación. Estoy irritado por algo que absorbió mi sistema digestivo y la realidad “digerida” me molesta en alto grado.
Aprendo a aceptar las situaciones y a los demás tal como son, sabiendo que el único poder que tengo es el poder sobre mí mismo.
Fuente: “El Gran Diccionario de las Dolencias y Enfermedades” de Jacques Martel |