Únicamente existes tú.
Nadie te hace nada; todo viene porque tú lo atraes. Todo te lo haces a ti mismo, y todo es para ti.
La ilusión de creer que los demás te hacen algo, te mantiene cada vez más lejos de tu "Ser Interior" y de tu poder interno.
Los otros son una proyección de tu núcleo. Los demás son tus espejos y guías y maestros.
Los otros sólo vienen a mostrarte lo que todavía no has sanado, por lo tanto, los necesitas.
Necesitas de ellos como un niño necesita de su madre. Sin ellos, no podrías hacer consciente lo que tienes en lo profundo de tu subconsciente.
Sin ellos no podrías sanar, evolucionar y ver las heridas que aún continúan en tu interior.
Cuánto más tiempo te quedes en la posición de víctima, más demorarás en tu florecimiento.
Responsabilidad total; comprensión total, eso se necesita en el camino espiritual para madurar y encontrar la paz.
En este camino no se juzga, no se critica y no se queja. Caminas en silencio.
El dolor, energías y karma negativo que llevas en tu interior, convoca todas y cada una de las experiencias que atraviesas.
Es gracias a ese "dolor que falta sanar" que llegan las personas conflictivas a tu vida.
Ellas son en realidad ángeles: Te están ayudando a que veas, sanes, te liberes y crezcas.
Pero tú sigues preso en la terquedad; continúas mirando hacia afuera, buscando responsables por tu sufrimiento.
Si quieres construir sólo relaciones maravillosas, llenas de amor, armonía y respeto, ocúpate de tus reacciones.
Tienes que pulirte y fortalecer tu estima y tu valía interna tanto pero tanto, hasta que logres no reaccionar tal cual un títere emocional cada vez que te ofenden, y devolver con perdón, amor y comprensión toda conducta ajena errónea.
Si escapas de las personas conflictivas, las atraerás nuevamente, vayas dónde vayas. Porque como te he dicho; las necesitas.
Entonces te estarás en realidad escapando de ti mismo.
Éstas personas se irán solas cuándo hayan cumplido su misión, es decir, cuando finalmente hayas sanado tu corazón herido.
¡Date cuenta! ¡Toma consciencia!
Sana tu interior, que es la causa, y el efecto exterior sanará.
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