Hay una forma muy buena para ver el deseo real que hay detrás del deseo aparente. Tomemos como ejemplo la lotería. Quien desea que le toque la lotería, en realidad lo que quiere no es que le toque la lotería. Me explico:
- ¿Cuál es tu deseo?
- Que me toque la lotería.
- ¿Para qué quieres que te toque la lotería?
- Para no trabajar nunca más.
- ¿Y qué harías si te tocara? ¿A qué te dedicarías si no trabajaras?
- Me encanta el deporte, así que me dedicaría a hacer deporte, y como también me gustan los niños, me encantaría enseñar a los niños a llevar una vida sana a través del deporte.
Entonces, ¿cuál es el deseo real?
El deseo real es enseñar a los niños a hacer deporte y poder vivir de ello. Entonces, deja de desear que te toque la lotería para cumplir tu sueño y vívelo.
¿Qué tendrías que hacer para llegar a eso? ¡Pues hazlo!
Este es un ejemplo, pero cada persona puede hacer este sencillo ejercicio para descubrir su deseo real y empezar a realizarlo.
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