Utilicemos las energías cósmicas actuales para desprendernos de cualquier pensamiento limitado y egoísta. Muchas de las discusiones que tenemos con los demás tienen que ver con “el pequeño e insignificante yo”. La gente no me habla bien. No me ofrecen el respeto que merezco. No me aprecian. Mis necesidades no son satisfechas por completo. ¡Preferimos alejarnos en lugar de abordar nuestro egoísmo!

Pensemos en eso de manera distinta. ¿Alguien conoce un banco que preste dinero sin tener una cuenta o garantías? ¡No creo que haya alguno!

Si queremos amor y aprecio, las leyes cósmicas dicen que primero tenemos que darlo. ¡Funciona como un depósito de amor en el banco cósmico! ¡Cuando tengamos crédito, recibiremos mucho amor con intereses!

¿Cómo lo hacemos de manera práctica?

Primero, “todo lo que necesitas es amor”. Simple reconocimiento diario, pequeños gestos positivos, salirnos un poco de nuestro camino para ayudar a otras personas, sorprender a tu pareja con dulces susurros… En otras palabras, ¡el amor está a la orden del día!

Así pues, hagamos un esfuerzo para revelar nuestra Luz. Nuestro trabajo es descubrirla y activarla en nuestra vida.

En segundo lugar, hagamos una lista de todas las personas que amamos y que nos importan. ¿Qué descubriremos? Que hay muchas, mejor dicho, muchísimas, ¡y la lista crece constantemente!

Por último, salgamos de nuestro marco para poder atraer más amor a nuestra vida. Vistámonos de colores brillantes, compremos flores, irradiemos Luz y sonriámosles a todos (incluso a los gruñones), cedamos el paso a las personas en el supermercado. ¡Seamos como el Sol! ¡Levantémonos y brillemos!

En resumen, tenemos que abrir un nuevo banco, el banco del amor, y tenemos que dar mucho amor a los demás mediante sonrisas continuas y amabilidad a donde quiera que vayamos. 

¡Y mantengámonos abiertos a las cariñosas sorpresas del corazón!

Fuente: es.kabbalah.com