El Estudio del Árbol Genealógico
Antes que nada, para saber cómo leer el árbol, tenemos que saber de qué manera la información pasa de generación en generación y para ello vamos a ayudarnos de la Epigenética Conductual.
Epigenética Conductual
La genética nos ha mostrado que podemos heredar factores físicos, sintomatológicos y mentales situados en nuestras células, pero la Epigenética nos ayuda a ser más precisos, desarrollando que la información se encuentra adherida a la célula, no en la célula en sí. Esta información se encuentra en un componente estructural de la célula, el metilo.
¿Qué es el metilo?
El núcleo de las células utiliza un componente estructural de moléculas orgánicas, el metilo. El metilo ayuda a la célula a decidir si será una célula del corazón, del pulmón o una neurona, en otras palabras, se podría decir que es la carta de recomendación para cada una de nuestras células. Pero lo más interesante, es lo que encontraron en esta información:
No sólo había instrucciones para el posicionamiento de la célula, si no de herencias de las historias de nuestros antepasados: Hábitos, estados emocionales, traumas, dramas, pérdidas de territorio, etcétera.
Hasta aquí podemos entender que podemos estar repitiendo historias o programas de nuestros antepasados sin darnos cuenta, coaccionándonos en nuestras decisiones sin ser conscientes. Vamos a verlo mejor con unos ejemplos:
Conflicto de padre ausente. Si el hijo hereda esta información, podría surgir de diferentes maneras:
- Ser un marido o padre ausente, o ser todo lo contrario.
- Encontrar a una pareja que sea ausente o todo lo contrario.
NOTA: Cuando decimos: "ausente o todo lo contrario", nos referimos a su espejo, a su complementario. El espejo de un padre ausente es un padre muy atento o un padre ausente, por eso la información también se puede repetir en su polo opuesto.
ATENCIÓN: Heredar un programa no es "malo", significa que eres el sujeto perfecto del árbol para sobre llevar este conflicto y trascenderlo. Es un acto de amor inconsciente donde se nombra al "elegido", al "mejor", al que lleva la semilla del cambio. El verdadero motivo nace de la necesidad biológica y natural de mejorar, en este caso, el árbol genealógico y sus generaciones. El padre ausente pasa esta información a su hijo con la única intención de que su hijo pueda hacer lo que él no supo. Estas decisiones son, la gran mayoría, por no decir todas, inconscientes. El inconsciente rige la distribución de estos programas que necesitan ser sanados y, como todo el árbol está conectado por un inconsciente colectivo, cuando una generación sana un drama, las generaciones venideras lo sanan automáticamente quedando libres de condicionamiento, a no ser que ellos mismos por decisión propia vuelvan a abrir esa brecha. Es decir, si el hijo del padre ausente sana su programa, esto no quiere decir que se vuelva invulnerable, si no que generará un metilo con una información que podría decir por ejemplo: “Soy un marido y un padre atento“. Esta información se traspasa a sus hijos y biológicamente llevaran esta información.
Un detalle es que el grupo metilo actúa en el código genético, pero no forma parte de él. Estos paquetes de información afectan al ADN pero se desarrollan alrededor de él. En otras palabras, el ADN es nuestra esencia, lo que realmente somos, la simbiosis del todo con nuestra individualidad, y el metilo es como un pendrive con una información que nos "coacciona" en la vida con el único propósito de ayudar a nuestros antepasados.
Según este enfoque, las experiencias traumáticas de nuestros antepasados, así como la de nuestros ancestros inmediatos, dejan unas heridas moleculares adheridas a nuestro ADN. Cada pueblo y raza tiene un código genético en cuanto a su historia y su cultura.
Héctor Ibáñez – Terapeuta Transpersonal
Fuente: Crisol Life
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