Sin duda pasar por una crisis es sinónimo de pasar por túneles de grandes revelaciones, donde quedan en evidencia todos nuestros potenciales y todas nuestras debilidades, donde pisando bordes de peligrosos precipicios descubrimos nuestro deseo de vivir, de salvarnos, de salir de la situación arriesgada, y volver a apostar a jugar por la vida. Con cientos de cuestionamientos, dudas y miedos encima, las crisis nos desafían siempre, y te paran firme frente a un espejo donde depende más de ti que de nadie la imagen que se refleja. En las crisis se delatan nuestras esencias, en ellas definitivamente caemos o nos levantamos, no hay medias opciones.Las grandes maestras tan temidas, pero que siempre llegan al salón de la vida, las crisis, se viven casi como un acto de magia, de milagro, el que vayan surgiendo de rincones que desconocíamos de nosotros mismos poderes ocultos de sobrevivencia, iluminaciones, descubrimientos, sabidurías, conocimientos, que se convierten en aprendizajes, y si aprendemos algo, lo que sea, por más pequeño que sea, entonces la crisis habrá sido una impactante maestra que, sin duda, nos enseñó mucho.Ps. Patricia Cabrera Sena - www.suconsulta.com |