Grandes o pequeñas manifestaciones dependen del tamaño de nuestro deseo. Tal vez deseamos algo grande, pero desear tiene su método.
Desear de verdad es desearlo todo, no sólo lo bueno, sino también el trabajo y preparación para poder contenerlo a largo plazo, cambiando la satisfacción inmediata por la duradera.
Muchas personas dicen que saben lo que desean, pero ante el reto bajan sus ganas. Por ejemplo: desean una relación a nivel de alma gemela, pero no saben cómo tener las relaciones ya existentes en su vida en armonía.
Hay que cuidar lo que se tiene y ponerlo a trabajar por lo que se quiere. Si las relaciones que ya existen no funcionan, es imposible que una nueva te de mágicamente lo que hace falta, porque en verdad, toda relación es un espejo de la que tienes contigo mismo.
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