Deja ir a la gente que no está lista para amarte. Esto es lo más difícil que tendrás que hacer en tu vida, y también será lo más importante: deja de dar tu amor a quienes no están dispuestos a amarte.
Deja de tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar.
Deja de aparecer para las personas que no tienen interés en tu presencia.
Deja de amar a las personas que no están listas para amarte.
Cuanto más tiempo pasas tratando de hacerte amar por alguien que no es capaz, más tiempo pierdes privándote de la misma conexión.
Cuanto sigues involucrado con personas que te utilizan como cojín, una opción de segundo plano, un terapeuta y un estratega a su sanación emocional, más tiempo te alejas de la comunidad que deseas.
Si dejas de aparecer, te buscan menos. Si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanecerá oscuro durante días y semanas. Eso no significa que arruinaste una relación. Significa que lo único que sostenía esta relación era la energía que tú, y sólo tú, ponías para mantenerla. No es amor. Esto es un apego.
Lo más valioso e importante que tienes en tu vida es tu energía. Lo que das cada día es lo que se creará cada vez más en tu vida. A los que das tu tiempo y energía, definen tu existencia.
Haz de tu vida un refugio seguro, en el que sólo se permiten personas “en conexión” contigo.
No eres responsable de salvar a la gente.
No eres responsable de convencerles de que deben ser rescatados.
No es tu trabajo existir para la gente y darles tu vida, poco a poco, momento a momento.
Decide que te mereces una amistad real, un compromiso verdadero y un amor completo con personas saludables y prósperas.
Luego espera, sólo por un tiempo, y mira lo mucho que empieza a cambiar todo.
Anthony Hopkins
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