Hagamos un ejercicio:

Piensa en una situación del pasado que fue difícil. Recuerda cómo te sentías y pensabas dentro de ella. Si quien eres HOY puede darle un consejo a tu YO de ese momento, ¿no le dirías que todo va a estar bien, que va a salir algo bueno de eso?

Bien. Si tu YO futuro y evolucionado (por pasar por estas pruebas) pudiera darte un consejo ahora, te diría justo lo mismo.

Si nos las supiéramos todas no estaríamos aquí y tampoco sería tan divertido. El proceso es el propósito, la clave está en trabajar nuestra certeza y se hace encarando las situaciones conectadas a nuestro corazón y escuchando nuestro yo superior. Cambiando de perspectiva se puede.

Fuente: Mia Astral