La auto-compasión es todo un arte de manipulación interior y exterior y es algo realmente sofisticado, sobre todo por los fines que tiene la auto-compasión y por la escasa lógica de usarla para mejorar. La auto-compasión tiene como fin reclamar la atención de los demás y/o mal-decirnos a nosotros mismos por puro arte. Algunas personas que se auto-compadecen esperan respuesta por parte de los demás de: “eres genial”, o “lo haces muy bien”.

Cuando la auto compasión se da de forma muy eventual y extraordinaria no pasa nada, todos tenemos derecho a auto-compadecernos muy de vez en cuando, el problema es cuando la auto-compasión se utiliza de forma habitual en nuestras vidas. ¿No te ha salido bien el baile? Auto-compasión, ¿Odias salir del trabajo tan tarde? Auto-compasión, ¿No te ves capacitado para…? Auto-compasión. La auto-compasión no puede ser usada para decirnos constantemente que no valemos nada.

Son muchas las personas que toman como hábito auto-compadecerse y lo hacen por varios motivos, uno de ellos es por la baja auto-estima que tienen, el otro es porque les gusta que los demás les consuelen, es como el niño que llora: cuando un niño llora sus padres lo consuelan y se preocupan por él, rápidamente el niño aprende que llorando consigue compasión y mimos de sus padres, así que dicho niño recurrirá al llanto cada vez que quiera conseguir algo.

La auto compasión es muy destructiva a la larga, porque las personas que se auto-compadecen aprenden a auto-despreciarse de una forma constante y natural, con lo cual su auto-estima se ve más achacada.

¿Sirve de algo la auto-compasión?

Lo cierto es que cuando se da de forma muy eventual y extraordinariamente es distinto, cada caso es particular y cada motivo diferente. Por ejemplo, en una ocasión un amigo mío estaba muy enojado  con su ex novia, acababan de romper y una noche se enteró de que se había arreglado con otro, montó en cólera y furia, comenzó a llorar como un niño pequeño y auto-compadecerse una y otra y otra vez… En ese momento yo le di palabras de ánimo y frases como: “Eres el mejor” , “Eres un hombre increíble”, “Ojala yo fuera como tú”. Eso le ayudó un montón. ¿Para qué le sirvió la auto-compasión? Pues porque en ese momento le ayudó muchísimo a desahogarse y ponerse bien otra vez y mis elogios le subieron la moral, todo esto le sirvió para pasar el mal-trago y afrontarlo.

Aparte de estas situaciones excepcionales, cuando la auto-compasión se da de forma natural y continuada en el tiempo es un cáncer que mata la felicidad. ¿Para qué sirve compadecerse de uno mismo? De nada, no te ayuda en nada, al contrario te hunde y hunde más, no te deja ser tú mismo y te acostumbras a verte como un perdedor que no puede conseguir nada.

La gente tiende a creer que las personas que son buenas en algo lo son porque han nacido así, pero existen miles de actores, escritores, artistas, grandes empresarios que te explicarían cómo no nacieron sabiendo y que tuvieron que esforzarse mucho para llegar hasta dónde están. Tú no vas a aprender de un día para otro ni vas a saberlo todo así que la auto-compasión es innecesaria y sólo te retrasa.

Nunca sabes lo que te depara el futuro. La auto-compasión no sirve de nada. Lo que sí sirve es admitir las limitaciones de uno, pero sabiendo que siempre se pueden superar y también estar mejorando siempre, esta es la única regla fija que siempre sigo en mi vida: El mejorar y hacer las cosas mientras me gusten, cueste lo que cueste.

Te recomiendo tomar la misma iniciativa. No te auto-compadezcas, cada uno es como es, lo único que puedes hacer es aceptarlo como una persona madura y seguir adelante, siempre adelante mejorando, cada vez mejor, con más seguridad, confianza y auto-estima, y todo esto al fin y al cabo es lo que te da la felicidad y la vida que deseas. La auto-compasión no te dará nada de eso, al contrario, te estropeará la vida y te convertirá en una persona amargada.

Fuente: podermental111.blogspot.com.ar