La Luna no tiene luz, no toma energía de nadie más, hace lo que tiene que hacer: recogerse, sentirse y prepararse para un nuevo ciclo. Nosotras hacemos lo mismo.
Quizá nunca te has puesto a pensar que cuando la Luna no se ve es cuando tiene más poder, porque está recargándose para emerger.
Así como sembramos una semilla en la tierra y la cubrimos para que germine en la oscuridad, es cuando nadie ve que los cambios poderosos ocurren.
Estás lista, sólo te hace falta sentir certeza absoluta de que es así.
La oscuridad no tiene que darnos miedo. La oscuridad es la contraparte de la luz, y una vez superada una etapa, pasamos a la otra.
Ya sabes que el momento más oscuro es justo antes del amanecer.
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