No tenemos un solo lenguaje, hecho de palabras. La educación puramente intelectual está equivocada. Por ejemplo, para ella decir Paz es hablar de una única Paz. Sin embargo, consciente o no, cada ser humano se expresa con estos cuatro lenguajes básicos:
1.- Lenguaje intelectual, hecho de palabras, que trata de comprender mentalmente.
2.- Lenguaje emocional, hecho de sentimientos, que trata de unirse a los otros.
3.- Lenguaje sexual, hecho de deseos, que trata de crear y también lograr la satisfacción sensual.
4.- Lenguaje corporal, hecho de actos, que trata de proteger y prolongar la vida lo más posible.
Al comprender y utilizar estos 4 lenguajes la realidad comienza a liberarse de las barreras que la enjaulan.
No hay un solo concepto con significación única. Si hablamos de paz, hablamos de Paz mental (conocerse), más paz emocional (amar y ser amado), más paz sexual (satisfacción), más paz corporal o material (salud).
Necesidades infantiles
Cuando se habla de niñez no se habla sólo de bebés, sino de un período que va desde el parto hasta la pubertad.
Mentalmente un niño quiere ser visto tal cual él es. Si sus padres no lo ven por tratar de ver en él lo que ellos desean que sea, (más inteligencia, o que sea un niño en lugar de una niña o viceversa, o un carácter diferente, o simplemente los padres tienen otras preocupaciones que les hace desviar la atención familiar necesaria), el niño, al saberse ignorado cree que no vale nada, que está vacío, que no es importante. Toda su vida buscará con desesperación ser visto, existir.
Emocionalmente un niño quiere ser amado. Si por cualquier razón los padres no lo aman o no saben demostrarle el cariño que él necesita, el niño no juzga a sus padres, sino que se juzga a él mismo diciéndose “No merezco ser amado”. Detestándose, toda su vida se enredará en parejas con personas incapaces de amar.
Sexualmente un niño quiere ser deseado, entendiendo por eso que quiere haber sido engendrado con el deseo de darle la vida. Si le sucede que es producto de una pareja que lo ha engendrado sin quererlo, ya sea por problemas económicos, o por ser producto de una violación, o porque la pareja parental se odia, o porque por alguna razón han tratado de eliminarlo cuando feto, o porque le han remachado que sufrieron atrozmente en el parto, etc., este niño sentirá que no tiene derecho a vivir. Se sentirá culpable de invadir a sus padres. Llevará en sus células la orden de desaparecer. Vivirá aquejado, aún en los momentos de triunfo o satisfacción económica o sexual, por el deseo o la angustia de morir. Vivirá despreciándose.
Corporalmente, el niño quiere ser protegido. Si por diversas razones, económicas, patológicas, viciosas, ignorantes, carece de protección, siente que no vale nada, que no puede nada, y crece con un miedo a la vida, sintiéndose cobarde… y por otra parte desarrollando defensas que lo convierten en un ser agresivo.
No ser visto, no ser amado, no ser deseado, no ser protegido, son los 4 abusos bases. Todos los seres humanos hemos sufrido por lo menos uno de ellos.
Cuando se habla de abuso, las personas ignorantes creen que el abuso es solamente sexual y violento, abuso del que sólo son víctimas las mujeres. Desgraciadamente, esto es un abuso-violación causado por las sectas religiosas que han sumergido al ser humano en una civilización paternalista. Se habla de Machismo, sin querer ver que el Dios que se nos inculca en la niñez es un hombre. Poco a poco, con inmensa dificultad, la mujer ha ido liberándose de esta esclavitud. No triunfará hasta que la paridad mujer-hombre, sea absoluta. Comenzando por un Dios-Padre junto a una Diosa-Madre, un Papa junto a una Papisa, cursos escolares dirigidos, no por individuos, sino siempre por una pareja hombre-mujer, lo mismo parejas de terapeutas y parejas de médicos y parejas de dirigentes políticos, etc.
Aclarado esto, tenemos ahora que examinar el abuso familiar. Este abuso no tiene la violencia de la violación sexual, no se realiza en un ambiente de terror sino en un ambiente sórdido
El tema que más molesta a la masa ignorante, por no ser capaces de enfrentarlo, es el del incesto. Hace ya más de un siglo que Sigmund Freud recibe insultos y desprecios por haber osado destapar este impulso básico, natural, que con desarrollo del ser se va canalizando hacia afuera de la familia. Proceso natural, semejante al pasaje de la infancia a la pubertad. Las reacciones escandalosas ante tal tema resultan de que se cree que el Incesto es un fenómeno puramente sexual.
Hay cuatro clases de incesto:
1.- El incesto mental. El intelecto del niño es formado por las ideas y creencias de sus padres o familiares. Esas creencias e ideas son la Verdad para él. Naturalmente, por el contacto con la sociedad, que le transmitirá otras visiones del mundo, el niño madurará y llegará a desprenderse de las ideas inculcadas que lo encierran en el clan. Si el adulto no hace esto y permanece apegado a sus padres viendo el mundo no por sus ojos sino por los ojos de ellos, vive en un incesto mental.
2.- El incesto emocional. Desde que el feto escucha el latido del corazón de su madre y la voz de su padre, desarrolla una pertenencia emocional a ellos. El amor en su base es amor a la madre principalmente, y luego, si la protección ha sido correcta, el amor al padre, y luego, si no ha habido rivalidad, al amor fraterno.
Este amor a los arquetipos familiares se desliza poco a poco hacia fuera de esos límites. Pero si por diversos traumas, el individuo queda prisionero de ese amor infantil, vive ya adulto relaciones de pareja donde, aunque obtenga satisfacción sexual o mental, no logrará amar a su pareja más que a su madre o a su padre. ¿Por qué sucede esto? La persona, cuando ha recibido el amor que merece y la atención que merece, avanza normalmente en su desarrollo hacia los otros. Pero si no ha recibido ese amor y esa atención, puede quedarse toda su vida aferrado a su madre o su padre o hermanos/as, esperando que le den lo que no le han dado. Y si no le han dado lo que tenían que darle, es porque a su vez sus padres son niños insatisfechos, incapaces de dar. Quedarse aferrado a los arquetipos emocionales familiares es un incesto emocional.
3.- El incesto corporal o material. El niño crece en un territorio y un ambiente hogareño. Se siente amalgamado a ellos. Pero al madurar surge de su territorio, de sedentario pasa a nómada e incursiona en el mundo. Si no se desarrolla en este sentido y se queda apegado a sus sitios, objetos, lugares infantiles, impidiéndose su contacto con el mundo global, vive un incesto material. Puede estar siempre viviendo de dinero que le dan, ya sea por becas, o por hacerse monje mendigo, o por préstamos, o simplemente por herencias. Muchos conservan muebles de sus familiares, etc.
4.- El incesto sexual. Aquí es inútil describirlo, porque la cultura, libros, terapias, filmes, teatro, etc., lo han descrito exhaustivamente. Mucho se ha hablado del incesto del niño con la madre y de la niña con el padre. Poco se ha hablado del incesto homosexual y del incesto lesbiano.
El incesto sexual
Cuando este incesto se produce, es un abuso efectuado por un adulto patológico a un niño inocente. No sucede por violación agresiva, sino solapadamente… Carentes de ese tipo de deseos, los pequeños, acosados por un padre o una madre patológicos, que no los ven como seres humanos sino como objetos sexuales, no han sido vistos, ni amados ni protegidos. Estos pequeños tienen sed de ser vistos, de ser amados, de ser protegidos. Carencias de las que se aprovecha el abusador... La víctima no tiene nada, lo que recibe, si es efectuado sin hacerle sufrir corporalmente, le hace creer que le están dando algo. Si es así, de ninguna manera cómplice de un placer sexual que no tiene ni comprende, se hace cómplice silencioso de lo que le está sucediendo porque el depravado puede darle regalos, trajes, alimento, juguetes, etc. Su inconsciente, siendo sus primeras experiencias de tipo sexual, graba estos hechos en su libido, los incrusta en su memoria, y permanecen ahí desviando el desarrollo sexual normal de la víctima.
En la pubertad -o porque la pareja parental descubre el secreto y crea un escándalo- la víctima se da cuenta de lo que ha pasado, le cae el peso moral, y la decepción de saber que lo que creía haber recibido provenía de alguien insano.
Esto le crea una represión, un disgusto de sí, una culpabilidad. Es cierto que los actos patológicos le proporcionaron un placer, no sexual, pero sí mental, emocional y material por los regalos. Además, incrustadas esas experiencias en su inconsciente, tendrá tendencia a reproducirla, mezclándose muchas veces con personas de más edad o semejantes físicamente al abusador.
Al tener relaciones sexuales adultas con alguien, por más que sea una relación de amor, retendrá el orgasmo, sintiéndose culpable de experimentar placer, porque, si por ejemplo fue abusada o abusado por su padre, al experimentar placer, inmediatamente caerá en regresión, despertándose un placer culpable y una rabia por haber sido víctima de un engaño, donde no la vieron, ni amaron, ni protegieron.
Rol de la psicomagia
Viendo que el psicoanálisis, producto de la ciencia, por emplear como terapia sólo el lenguaje intelectual, no puede curar, sino sólo tratar de proteger y mantener en equilibrio al consultante durante largo tiempo… También por traducir los sueños y los actos fallidos a una explicación racional, cuando el inconsciente es por esencia antilógico… Me propuse, siendo un artista y no un científico, en lugar de traducir el lenguaje del inconsciente a un leguaje racional, enseñarle a la mente a hablar el lenguaje de los sueños, lenguaje que no es expresado en palabras sino en actos.
La palabra no cura, sólo los actos curan.
A través de muchas experimentaciones, comprendí que el inconsciente acepta la metáfora. Es decir, puede muy bien darle a una cosa otra significación… Si le dices a una persona, “porque tienes un problema con tu hermano, toma este cojín, decide que este cojín es tu hermano, y dale los golpes que quieres darle a tu hermano”. El consultante comienza la experiencia sin mucha energía, pero poco a poco interviene su inconsciente, se entrega al juego y comienza a dar tremendos golpes, desahogando una rabia reprimida.
Otro ejemplo:
La persona, ha pasado un largo tiempo siendo psicoanalizada. Después de mucho se confiesa por fin que tiene deseos de copular con su padre. Atormentada, le dice al terapeuta:
- Hablando y hablando, ya sé que me quiero acostar con mi padre, ¿ahora qué hago?
El psicoanalista no tiene repuesta para eso. Quizás le dirá, “ahora que ya lo sabes, estás libre”… o bien “Sublima ese deseo, dedícate a pintar un cuadro,” etc.
Pero eso no cura: una vez formado lo que yo llamo “un nudo”, es decir “Un deseo incrustado en el inconsciente” la persona no se puede liberar de ese deseo hasta que no lo realice.
Es claro que no se le va a empujar a copular con su padre… Pero, sabiendo que el inconsciente acepta la metáfora, se le aconsejará que vista a su novio, o marido, o amante con ropas semejantes a su padre, que se ponga una máscara hecha con una fotografía de la cara del padre, para que conscientemente haga frente a su deseo y lo realice por fin, liberándose así de ese nudo reprimido.
Ya me he extendido bastante. La Psicomagia, tal como el Psicoanálisis, no se aprende en un pequeño ensayo, tiene que estudiarse. Si lees mi libro “Psicomagia” o “Manual de Psicomagia” (se obtienen gratis en internet) podrás ver una serie de actos metafóricos que han curado a muchas personas. No digo que la Psicomagia es una panacea universal, pero creo firmemente, y así lo estoy viendo suceder, que se ha convertido en un muy útil aliado para toda clase de terapeutas.
Fuente: Plano Sin Fin
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