El Loco: ¡Llegamos al punto cero!
¡Y llegamos al punto cero! Hemos aprendido a distinguir lo superficial de lo realmente necesario. Dejamos atrás lo que ya no tiene sentido en nuestra vida para aportar esa energía a nuevos proyectos. Nos liberamos y nos preparamos para recibir lo nuevo.
Ahora mantenemos nuestra energía en estado potencial. No dirigimos nuestro poder hacia ninguna dirección concreta (aún). Somos como un huevo: algo que todavía no es pero que tiene todo el potencial de ser. Puede tratarse de un nuevo comienzo o de un cambio de dirección.
El viejo Yo jamás te incitaría a ir más allá de los límites establecidos. Pero tu nuevo Yo se ha desprendido de cualquier necesidad, juicio o prohibición, motivándote a ir más allá de tus miedos y empujándote hacia adelante.
Ahora valoramos la libertad más que cualquier otra cosa. Ya no queremos seguir las normas de siempre, sino dar el salto que nos lleve a sacar nuestra creatividad y disfrutar de ella, volver a conectar con nosotros mismos y con nuestra autenticidad.
Tenemos energía de libertad y de liberación. Es posible que alcanzarla implique una transición difícil. Pero toda recompensa requiere de un esfuerzo previo. Para alcanzar el éxito tenemos que atravesar esa incomodidad. Ahora sólo tienes una pregunta que hacerte: ¿Realmente lo quieres?
¡Feliz semana!
Eva
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