La palabra ahorro viene del árabe “horr”, que significa “de condición libre”. El adjetivo “horro” servía para designar al esclavo que había sido liberado, y la “carta de horro” era el documento que lo acreditaba.
El término ahorrarse hacía alusión a la forma de obtener esa aportación económica con la que el esclavo podía comprar su libertad.
Los esclavos podían trabajar a sueldo para otras personas en su tiempo libre, ya que sus amos estaban obligados a tratarlos con consideración. Con el dinero que iban entregando y anotando en su “cartilla de ahorro” podían comprar finalmente su libertad.
Curioso, ¿verdad?
La palabra salario viene de sal. En la Antigua Roma era considerada como el “oro blanco”, gracias al valor y utilidad que se le daba. Era una importante parte de la economía. Tratos y negocios de la época se basaban en el trueque, y con la sal se podía ir al mercado y pagar con ella.
Fíjate ahora en la palabra caudal: Las monedas si no las cortasen serían un tubo.
El caudal es la cantidad de líquido que atraviesa el tubo en un tiempo determinado. Y ese caudal depende del ancho del tubo y de su velocidad.
¡La liquidez!
Y la palabra liquidez viene de líquido.
Piensa, ¿qué pasa con el líquido si no circula? Se queda estancado y el agua se corrompe, ¿verdad?
¡Pues lo mismo pasa con el dinero! Por eso hay que mantenerlo en circulación, para que su energía circule y no se estanque.
¿Quieres ser libre?
Ahora que entiendes mejor estos conceptos: ¿Qué puedes hacer para mejorar esa energía del dinero? |